El UCAM CF pincha en casa ante el colista
Tarde desapacible de frío y lluvia, la que se presentaba hoy en Murcia para que el UCAM CF, líder destacado del grupo IV de la Segunda B, recibiera al Cacereño, último clasificado de este grupo sur, en el Estadio de La Condomina. El cuadro local, que llegaba al choque con las importantes bajas de Jairo, Javi Hernández y Hugo Díaz por lesión, y de Javi Gómez por sanción, afrontaba con gran ilusión un partido que, aunque parecía franco para hacerse con tres nuevos puntos, ya había sido calificado durante los días previos como de “trampa” por varios jugadores universitarios.
El encuentro, que comenzó ante algo menos de público de lo habitual en la grada, pronto iba a deparar las primeras ocasiones a favor de un conjunto azulón que salió con ganas de resolver por la vía rápida. Así, Nono y Chavero disfrutaron ya en los compases iniciales de las primeras jugadas de peligro a favor del conjunto local, y fue un poco más tarde, en el minuto 14, cuando estos mismos protagonistas iban a fabricar juntos la jugada del primer gol del partido. Chavero, tras irse por la banda, centraba a Nono para que este, sólo ante el portero Vargas, lo superara por alto ante el júbilo de la afición local.
Tras recibir el primer tanto, el conjunto extremeño pareció dejar atrás su planteamiento defensivo para lanzarse con más ahínco en pos de la pelota en campo rival. Sin embargo, el UCAM, haciendo gala del oficio que tanto le ha caracterizado esta temporada, supo frenar las puntuales acometidas rivales, dominar la zona ancha del terreno de juego con seguridad, y hasta gozar de claras jugadas de gol para ampliar el marcador a la contra.
Así, el choque transcurría por los cauces que más le convenían al UCAM hasta que, en el minuto 39, el local Fran Pérez fue expulsado al ver la segunda amarilla por una falta a la altura del centro del campo. De esta manera, el partido, que había sido plácidamente controlado por el conjunto azulón, parecía dar un giro inesperado justo antes del descanso para llenar de incertidumbre a la parroquia local y de esperanza a la visitante.
Pero lo que estuvo a punto de llegar después de la expulsión de Fran Pérez y antes del descanso no fue el empate del Cacereño, sino el segundo gol del UCAM. Y es que el equipo universitario estuvo a punto de ampliar su ventaja con sendos disparos de Víctor y Manolo que el portero Vargas, de manera providencial, se encargó de conjurar para llegar con el ajustado marcador de 1-0 al final de la primera parte.
Tras el descanso, consciente de su superioridad y de la buena oportunidad que se le planteaba, el Cacereño apretó el acelerador y trató de lograr el empate a las primeras de cambio con un certero disparo que el portero Escalona tuvo que mandar a córner. A continuación el choque entró en una fase de dominio territorial del cuadro visitante. Sin embargo, los universitarios, bien parapetados atrás, no terminaban de pasar excesivos apuros.
Pese a esto, el Cacereño, que no había cejado en su empeño de lograr el empate, fue a encontrarse con el tanto en el minuto 12 de la segunda mitad tras un lanzamiento de córner. Plata conseguía cazar el balón en el área chica para fusilar al meta Escalona y subir las tablas al electrónico. De esta manera, con empate a uno, con uno menos, y con media por delante, el encuentro parecía, ahora sí, ponérsele completamente cuesta arriba al UCAM.
Pero una vez más el conjunto universitario volvió a hacer gala de la casta y del espíritu que le hemos venido alabando desde el comienzo de la temporada para plantar cara a la adversidad y armar valientes ataques que a punto estuvieron de llevar el segundo gol a su casillero por mediación de Góngora, Titi, Chavero o Pico. En una de estas acometidas del cuadro local, el defensa visitante Salva fue expulsado tras ver la segunda amarilla por una dura entrada en el minuto 34.
Una nueva fase parecía abrirse en el partido tras el retorno de la igualdad numérica y justo cuando el partido ya entraba en su recta final. Así, con un UCAM más envalentonado, si cabe, y con una grada enardecida por ver más cercana la victoria, las jugadas de ataque del cuadro azulón se convirtieron en auténticos correcalles llenos de tensión y de emoción. Sin embargo, a pesar del empuje del equipo local y de las ganas de sus aficionados, el marcador ya no se movió y todos tuvieron que conformarse con un reparto de puntos que supo a muy poco a orillas de la Ronda de Garay.