La Posada de Correos

Alv McMartin, genio y figura en la Posada de Correos

Lun, 02/11/2015 - 08:35 -- Miguel Casas

Mirándolo de lejos llama la atención por su aire distinguido, su perfil aristocrático, sus ademanes de fino caballero, y por su aspecto de guiri distraído. Mirándolo un poco más de cerca destaca por su trato amable, su mirada atenta, su conversación inteligente y por su tono afectuoso. Y Mirándolo sobre el escenario -que es donde hay que mirarlo- sobresale por su precisión tocando el piano, su energía al cantar, su habilidad para rodearse de músicos brillantes, y por su capacidad para armar repertorios de auténtico lujo.

Y por todo ello, nosotros, que tan sensibles somos a la clase y al buen gusto cuando se ponen al servicio de la cultura popular, el viernes por la noche no pudimos sino acudir a La Posada de Correos para presenciar el concierto de Alv MacMartin, un joven profesor de inglés, compositor, pianista y cantante cuya personalidad es de las más singulares que tenemos dentro de la nueva hornada de grupos que están convirtiendo a Murcia en uno de los principales epicentros musicales de España.

Así, a eso de las once de la noche, infiltrados entre el numeroso público, y previo paso de rigor por la barra –la entrada incluía una consumición-, nos apostamos lo más cerca que pudimos de los músicos para no perder detalle de cuanto ocurriera a lo largo de la velada. Y ya con el recital en marcha, lo que ocurrió fue que este arrancó acelerando a fondo con Masquerade, Be reddy to crawl y Stay together; tres temas que sirvieron  para presentar las líneas rock, folk, jazz y soul bajo las cuales se desarrollaría el concierto.

A continuación llegaría Satisfied man, primera canción de factura propia que McMartin subió a Internet, y con la cual el ritmo del concierto se tornó más pausado para dar entrada a la reflexión más íntima acompañada por una suave melodía en la que destacaron los solos de piano y guitarra. Tras este tema, comenzó lo que podríamos llamar la parte central del espectáculo con la interpretación de tres clásicos seguidos: Hit the road Jack, Lady Madonna –en cuya interpretación participaron Bruno Laencina y Pedro  Hernández de The MeatPies-, y Here comes the sun, que McMartin dedicó a su violinista, Guillermo Cerdá, por su próxima paternidad.

Más adelante, fue el momento de bajar de nuevo el tempo para escuchar Ray of hope y Monday in town, dos temas firmados por McMartin a través de los cuales el músico se acerca a dos dramas siempre actuales: el de los civiles en tiempos de guerra, y el del acoso que sufren muchos niños y adolescentes por parte de compañeros en los centros de enseñanza. Subiendo de nuevo el ritmo, llegaron Old story, Watermelon man –con la que el público rompió a bailar-, y The glambler song -última canción escrita por McMartin-, con la que se cerró esta parte central del espectáculo.

Ya a partir de aquí, la banda volvió a pisar el acelerador a fondo para despedirse por todo lo alto interpretando When the saints go marchin´ in, Mister Money, You ´ve got a friend in my –la versión original de la popularmente conocida Hay un amigo en mi, de la película Toy Story-, y Streets of krakow. Y así fue como, entre coros, bailes, colaboraciones, diálogos desternillantes, y hasta una auto-foto final con el público, comenzó, avanzó y culminó un espectáculo que, por momentos, más que un concierto pareció una verdadera fiesta musical.

Y por este motivo, nos gustaría aprovechar el final de esta crónica para rendir un sincero homenaje al encomiable trabajo que semana tras semana realizan tantos músicos por todos aquellos escenarios en los que se programan conciertos. Porque son músicos de vocación, de raza, músicos de verdad que, teniendo muchas veces que compatibilizar su pasión con otras ocupaciones, son capaces de no renunciar a aquello que les hace distintos, sacar horas de donde no las tienen para ensayar, y brindar unos conciertos tan impecables como el que este pasado viernes tuvimos ocasión de presenciar. Por este motivo, como decimos, a todos ellos: "muchas gracias".

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The Stuffs, fin de trayecto en la Posada de Correos

Sáb, 28/11/2015 - 08:07 -- Miguel Casas

Anoche en la Posada de Correos de Murcia tuvo lugar un concierto que pasará a la historia de nuestra música por ser el último de The Stuffs; una joven banda nacida en Cartagena hace dos años cuyos miembros decidieron hace poco menos de un mes anunciar el final de su trayectoria musical en común.

Por cierto, una trayectoria musical que, a pesar de su brevedad, bien podemos calificar de fructífera a tenor de los hitos alcanzados por la banda. Y es que, en tan solo dos años, conseguir tocar por toda la Región, aunar críticas favorables, captar la atención del público, ser seleccionados para participar en festivales de prestigio como el Big Up!, y alumbrar un cuidado trabajo de estudio como A fate with no name, son, sin duda, logros al alcance de muy pocos grupos.

Por eso, anoche, minutos antes del comienzo del espectáculo final y ya en el interior de La Posada de Correos, acabaría imponiéndose a la tristeza, que siempre conllevan las despedidas, la alegría con la que el público acudió al local para dar el merecido adiós a una banda que, por la juventud de sus integrantes, seguramente no habrá de ser sino una de las primeras etapas musicales de las muchas que éstos recorrerán impulsados por nuevos proyectos.

Así, con todo listo, The Stuffs arrancaron su concierto-epílogo a eso de las 23:00h brindando una selección de temas propios entre los que destacarían Chains of the crow king, Spiny Box o Days after happiness antes de dar entrada a las versiones con Creep, de Radiohead, que fue tocada en clave acústica y cantada de modo brillante. Más adelante, rebasando el ecuador de la velada, y siguiendo con el capítulo de las versiones, llegaría uno de los puntos álgidos cuando Carlota Rosique recibió a Bruno Laencina, de The MeatPies, para que interpretara con ella Drive my car y Twist and shout, de The Beatles, unidas en una sola pieza.

De esta manera, con todos bailando el twist y gritando, la velada se adentró velozmente en su segunda mitad para seguir ofreciendo canciones de The Stuffs, como Velvet on icy wind o A fate with no name, combinadas con versiones de artistas como Janis Joplin o Bob Dylan. Precisamente, sería con Like a rolling stone, de este último, con el tema que el concierto se cerraría por todo lo alto contando con la presencia, una vez más, de Bruno Laencina, aunque en esta ocasión sería acompañado además por Juan Pedro Jiménez, también de The MeatPies.

Así, casi con la misma brevedad e intensidad que han recorrido su trayectoria de banda de pop, rock y folk, Carlota Rosique, Lorena Cortés, Alejandro Vizcaíno y Víctor Martínez pusieron fin a su último concierto como The Stuffs dejándonos con las mismas gratas sensaciones que nos provocaron la primera vez que les vimos. Unas gratas sensaciones que, de hecho, esperamos renovar pronto, cuando Carlota Rosique y Lorena Cortés terminen de dar forma al nuevo proyecto musical que las mantendrá unidas bajo el nombre de Katarya.

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