Carlos Vudú

Noche de gala y rock en la Plaza de la Cruz Roja

Dom, 14/09/2014 - 20:19 -- Miguel Casas

Fotografía: Javier Zuñel

El pasado viernes 12 aconteció en la Plaza de la Cruz Roja de Murcia el que ha sido probablemente el mejor concierto de toda la feria en relación calidad-precio. Y es que pocas veces, sobre todo hoy en día, puede verse por el módico precio de cero euros a una estrella internacional como Coti Sorokín tocando un repertorio cuajado de éxitos acompañado de un cantante como Carlos Vudú, que es uno de los artistas locales con mayor proyección.

La velada, que congregó a más de 3000 personas junto al Puente Nuevo en una agradable noche, comenzó alrededor de las 22:00h con el concierto de Carlos Vudú. El de Puente Tocinos, que para los que no lo sepan es la cuna del rock murciano, consiguió pronto meterse al público en el bolsillo gracias a una precisa y acertada selección de temas extraídos de sus dos discos en solitario Cartas marcadas y Tratados de soledad. Carlos Vudú y su clan Jukebox desplegaron su arte y su magisterio sobre el escenario derrochando coraje y buenas canciones de rock durante la hora escasa que tenían de tiempo para demostrar de lo que son capaces.

El trabajo de telonero a veces puede parecer desagradecido, pero en ocasiones como la del viernes es una oportunidad para que músicos con talento y argumentos como Carlos Vudú puedan darse a conocer a un público más amplio. Concierto a concierto Carlos va creciendo y eso es algo que se nota en sus espectáculos y nos hace sentir especialmente satisfechos. Las tablas del escenario y los kilómetros de carretera van llenando el equipaje, acumulándose, curtiendo la piel, y dejando su poso en este joven músico que ya empieza a poder presumir de maduro dentro de la nueva y prometedora generación de rockeros españoles.

Fotografía: Juanma Flores

Sobre las 23:00h dio comienzo el plato fuerte de la noche, la actuación de Coti Sorokin. Como curiosidad diremos que el artista argentino volvió a pisar el escenario de la Cruz Roja exactamente cinco años después de que lo hiciera por primera vez allá por el 12 de septiembre del año 2009.

Este nuevo concierto de Coti en la Plaza de la Cruz Roja desarrolló un repertorio de canciones prácticamente calcado al de aquella primera vez de hace cinco años. El concepto era ofrecer un repaso de los grandes éxitos que ha compuesto el argentino durante toda su carrera tanto para él mismo como para otros artistas de la talla de Paulina Rubio, Julieta Venegas o Diego Torres entre otros.

Este recorrido por la trayectoria de Coti resultó de lo más agradable porque permitió a un público de lo más heterogéneo acercarse a disfrutar de una noche de música en directo, en armonía, y sin sobresaltos. El de Rosario, que estuvo en el escenario alrededor de una hora y media, se mostró en todo momento muy receptivo y animado. Coti hizo las delicias de todos los espectadores gracias a temas como Lento, Te quise tanto, Color esperanza o Andar conmigo. Para la parte final del espectáculo se reservó sus conocidas Antes que ver el sol y Nada fue un error, que acabaron por elevar el ánimo de un público que ya andaba entregado y coreando todos a una los conocidos estribillos de las letras de Coti.

Finalmente, sobre las 00:30h Coti concluyó su recital, aunque no sin antes mostrar orgulloso una camiseta del Real Murcia con la que alguien le había obsequiado. Tras saludar afectuosamente, el cantante se retiro con su banda a los camerinos y el público vació despacio el recinto charlando animadamente sobre música.

Un viaje por la música murciana

Mié, 19/11/2014 - 19:56 -- Juanma Flores

Con motivo del 50 aniversario de la cadena COPE en Murcia, la emisora nos regaló el martes 18 de Noviembre un acto especial en el Teatro Circo. Organizó un homenaje a la música murciana de las últimas décadas.

Para ello reunió a un conjunto de lo más granado de representantes de la música de la ciudad de ayer y de hoy. Si algo ha caracterizado a la música en Murcia ha sido la gran variedad y talento que ha dado. Han sido numerosísimos los grupos y músicos que han  salido de aquí, al tiempo de la gran cantidad de locales, salas y medios de comunicación que han apostado por ellos, conformando con el tiempo una escena musical y un ambiente que pocas ciudades, exceptuando las grandes capitales, tienen en el país, y constituyendo una especie de marca propia que permite a día de hoy tener una gran consideración a todos los músicos cuando van a otros sitios y dicen que son de Murcia.

Sin ser todos los que fueron, ya que hay otros muchos músicos que bien se puede considerar que tienen méritos para haber estado también en este evento, es difícil ver en un mismo acto a la vez reunidos a todos los grandes nombres que se dieron cita.

El acto consistió en un formato muy radiofónico, en el que los invitados tocaban un tema en acústico y luego se les hacía una breve entrevista sobre sus experiencias, trayectoria, proyectos nuevos y reflexiones de la historia musical de Murcia. Para realizárselas a cada uno de los artistas se fueron alternando en cada una nada menos que Manolo Sotomayor, Jam Albarracín, Ángel Sopena, Oché Cortés, Miguel Ángel Keaton, Jorge Plané y Merce Marín.   

Abrió el fuego un gran Carlos Vudú, en una bonita interpretación junto con Lucas Albaladejo. Le siguieron después Ross y David Andreu. Posteriormente salió Joaquín Talismán interpretando Mal día y dio paso  a una Farmacia de Guardia en la que el propio Talismán y Miguel Bañón secundaron la actuación de Jam Albarracín con el mítico tema Paseando el perro

Fue el turno después de Los Marañones, en el que el propio Bañón tomó entonces la voz. Luego irrumpieron en el escenario unos imponentes Fenómenos Extraños que levantaron al público con Mi huertica murciana y su simpática entrevista en la que Alejandro Campillo sacaba una y otra vez las risas del público.

Siguieron unas bonitas actuaciones de Germán Meoro, Pandora y La Metro. Y a continuación Funambulista deleitó con Quédate. Dando paso a la entrevista de Second, que no incluyó actuación porque el vocalista Sean Frutos no pudo asistir. Ya en la recta final fue el turno de la interpretación Audio’s Pain, y posteriormente los míticos Acequia, con la animosa actuación y entrevista del gran Emilio Chicherri.   

Después de más de 3 horas de velada se llegó al final del trayecto de este agradable viaje con la charla de M-Clan, que nos regalaron como colofón a la gran noche Calle sin luz y Maggie Despierta para concluir. Mientras, el público se despedía con imágenes de adelanto del documental Murcia supersónica que se estrenará próximamente y recoge precisamente esa creación de la escena musical murciana desde los 80 hasta lo que es hoy. 

Entrevista a Carlos Vudú

Jue, 18/12/2014 - 08:28 -- Javier Brooklin...

Dentro de pocas semanas, uno de los nombres propios con más proyección nacional de la música murciana, Carlos Vudú, pasará por el estudio de grabación para fijar los temas de su segundo álbum con el Clan Jukebox. Para acercarnos un poco más a la persona y dar a conocer su trayectoria musical justo antes de este importante momento de su carrera, desde murciocio.es nos ha parecido muy oportuno la realización de una entrevista a este músico que ha sabido labrarse sin trampas ni atajos un brillante camino que, con un poquito de suerte, ha de llevarle muy lejos.

 

Carlos Vudú, músico de nacimiento, vocación pura… Cantaba Quique González: “soy músico de la cuna a la tumba” ¿Te sientes identificado con una definición así?

Es una muy buena definición del músico. Cualquiera que viva con pasión la música y se dedique en cuerpo y alma a ella -independientemente de que pueda vivir de ella o no- se sentirá identificado con esa definición.

Sin embargo, a pesar de poseer una vocación, para poder desarrollarla, primero es necesario descubrirla, ¿en tu caso cómo descubres tu vocación musical?

En mi casa había vinilos de The Beatles, The Creedence Clearwater Revival… Fue suficiente caldo de cultivo para que me entrase el gusanillo de la música. Empecé a tocar con 6 años la bandurria -un instrumento muy rockero- porque la guitarra me parecía un instrumento gigante. Más tarde le metí mano por fin a la guitarra y hasta ahora.

…Primero la bandurria: un instrumento muy murciano y muy huertano. Luego eliges la guitarra, ¿qué es lo que más te llamaba la atención de este instrumento?

Pues sencillamente, era el instrumento molón que veías que llevaba John Lennon y John Fogerty y, evidentemente, yo quería ser como ellos. Mi padre tenía una guitarra española en casa, así que, cuando decidí aprender lo tuve más o menos accesible.

Conforme vas cumpliendo años, no sólo vas tocando, sino que también vas escuchando música. ¿Cuál fue la música que marcó más tu infancia?

La banda sonora de mi casa eran Beatles, Creedence, pero también sonaba mucho Sabina y grupos pop-rock de los ochenta en plan Los Secretos y demás. Más tarde en la época de la adolescencia pues vino el descubrimiento de todas las bandas de rock clásico y rock duro: Hendrix, Zeppelin

Durante la adolescencia, ya en el Instituto Saavedra Fajardo de Murcia, comienzas a montar tus primeros grupos. ¿Qué recuerdos y experiencias guardas de esa época?

Pues la verdad es que la recuerdo con mucho cariño. Puede parecer una tontería pero yo vivía en Puente Tocinos (una pedanía de Murcia) y el ambiente que había allí en la época de principios de los 90 estaba muy influenciada por toda la movida de la ruta del bakalao, música dance y todo eso. Al llegar a Murcia conocí a muchos amigos que tenían unos gustos afines a los míos, que me hicieron conocer y compartir mucha música… Me salvaron la vida (por lo menos en el aspecto musical). Je, je, je.

Llegas a Murcia y te das cuenta de que no estas solo…

Sí, de que no soy un bicho raro. También me ayudaba mucho la gente con la que estaba en la orquesta donde tocaba la bandurria, ahí conocí, por ejemplo, a Pedro Teruel o al lutier José Antonio Piornos. Somos amigos desde los 13 años.

Cuando llegas a Murcia, más allá de esas primeras amistades ¿Qué ambiente musical te encuentras en la ciudad?

Pude ver los primeros pasos de M-Clan y de Los Marañones Había también mucha movida de rock alternativo de influencia británica y la verdad es que no había tantas salas para tocar como ahora. Pero la peña se metía en cualquier bar y montaba un concierto.

Es verdad, de esa primera etapa tuya, te recuerdo tocando con Arlequín en el bar Torreta 5…

Si, en esa época tocabas donde fuera, te dejaban un sitio y tocabas. No te pagaban un pavo, pero te ponían las copas y tan contentos. Lo único que querías era que tus colegas te viesen tocar y hacer el indio.

Claro, eso a esas edades eso es algo muy natural. En tus primeros grupos, solías dedicarte más a tu faceta como guitarrista. Pero, ¿también componías?

Sí, desde los primeros grupos siempre intentaba componer, pero me centraba mucho más en el aspecto musical, entonces pensaba que las letras eran algo más de los cantantes.

Como guitarrista, más centrado en la música, ¿qué sonidos tratabas de imprimirle a esos primeros grupos?

Pues lo que escuchaba por aquel entonces. Sonidos parecidos a los de las bandas de rock duro americanas

A mí, que era fan de Los Rodríguez, me recordabas a Ariel Rot porque me parecías un guitarrista muy fino…

Ja, ja, ja. Muchas gracias pero aún me hace falta tomar mucho Cola-Cao para llegar al nivel de Ariel, él es un capo de la guitarra.

Como has dicho, desde tus inicios ya componías canciones. Pero, con el paso del tiempo, ¿cómo fueron evolucionando estas composiciones?

Digamos que antes siempre componía pensando que la canción la iba a cantar otra persona. Siempre había estado junto a grandes cantantes y cuando creaba las líneas melódicas de la voz sacaba líneas muy anglosajonas y espectaculares. Pero eso comenzó a cambiar en el momento que empecé a componer pensando que el que iba a cantar sería yo, porque pasé a crear melodías que se ajustaban mejor a la letra en castellano y donde dejaba mucho más espacio para cambiar melodías y que se adaptasen a las palabras.

Como componías desde siempre, parece razonable que acabaras cantando tus propias canciones. Pero, ¿en qué momento y por qué tomas la determinación de ponerte al frente de una banda?

Fue en la época que estaba en Tijuana Rock. Francis Sarabia dejó la banda para formar un nuevo grupo con Santiago Campillo y yo no tenía ganas de empezar a probar a otros cantantes porque no pensaba que fuésemos a encontrar nadie mejor que él. Por otro lado, yo me había metido en el mundo Dylan, Springsteen, mucho en Quique González, Calamaro, Fito… donde se enfoca la canción de un modo mucho más íntimo y personal. Así que empecé a componer pensando en contar cosas más personales e íntimas

Aunque ya tenías una larga trayectoria como músico curtido en directos, ¿tuviste que pasar por un periodo de adaptación a la hora de encontrarte a ti mismo como cantante sobre el escenario?

Efectivamente llevó su proceso. Una vez que tuve unas pocas canciones y una idea clara de que quería lanzarme a la piscina e interpretarlas yo, busqué baretos o pequeños concursos para empezar a probarme. No sabía si al tercer bolo iba a decir: "suficiente, esto no es lo mío"… Pero bueno, poco a poco fui pillando tablas. Lo que sí tenía claro era que la mejor manera de hacerlo, era de la manera más dura, es decir, tú y tu guitarra frente al público. Si podía superar eso solo, con una banda iba a ser mucho más sencillo.

Y Así fue, lo conseguiste. Con esfuerzo y con mucha honestidad. Con esa Honestidad Brutal que caracteriza a los músicos de verdad, y a la que le cantaba el mencionado Andrés Calamaro.

Sí bueno... creo que si cuentas algo, cuando eres sincero, la gente lo capta y le da a la canción más valor. Yo prefiero que una canción hable de la siesta, como hace Lichis con La Cabra Mecánica, que a priori puede ser un tema nada recurrente, a estar escuchando a Maná soltar canciones romanticonas y facilotas mientras lloriquean todo el rato: NO ME LO TRAGO.

Con Tijuana Rock los conciertos se fueron haciendo más grandes y llegaron las posibilidades de telonear a cantantes y grupos ya consagrados. En esta labor como teloneros, ¿quienes han sido los artistas que más te han sorprendido en las distancias cortas?

Realmente la gente con la que hemos estado es gente muy maja: Miguel Ríos, Rosendo, que son instituciones, son los tíos más humildes y agradables del mundo. Salvo alguna excepción, todo el mundo nos ha tratado de lujo porque se acuerdan de cómo empezaron y del valor que tienen esas cosas para el telonero.

Claro, es que todo el mundo ha teloneado en sus inicios y la experiencia es enriquecedora…

Sí, puedes hablar con peña a la que admiras pero no desde el punto de vista de fan, sino de músico a músico. Al final te das cuenta de que el artista al que teloneas es un tipo igual que tú, que le apasiona lo mismo que a ti, y que simplemente está unos peldaños por encima de ti. He estado con Leiva, con Rubén Pozo, con M-Clan, Revolver y con lo que siempre me quedo es con las conversaciones del tipo: "Vaya disco es el Wildflowers"; "yo soy muy fan de Charlie Watts"; "esta SG me saca un timbre que es la hostia"… y mil de esas más.

Retomando tu carrera. En 2008 formas el Clan Jukebox con cuatro músicos excelentes, ¿cómo los conoces? ¿quiénes son?

Como dije, a Pedro lo conozco de toda la vida, así que no me costó mucho engañarlo. Sergio era bajista de Paralelo 69, una banda muy hermanada con Tijuana Rock, y tenía muy claro que quería que él fuese el bajista. Así que también lo engañé con facilidad. En la batería al principio estuvo Jesús González, gran batería canario, pero por motivos personales tuvo que dejar Murcia y se hizo muy complicado seguir contando con él. Así que llamé a Juan Gomariz, que era el batería de Tijuana Rock, y hasta hoy. El último en entrar fue Lucas Albaladejo. El día que lo conocí vino a meter unos órganos a mi primera maqueta y pensé: "este tío tiene que tocar conmigo sí o sí"… y lo conseguí. Por eso, ahora que lo pienso, o yo soy un seductor nato o los pobres son unos inconscientes.

Y es así como Carlos Vudú y el Clan Jukebox comenzó su singladura, imaginamos, que sobre la base de algunas canciones que ya tendrías compuestas.

Sí, claro, ya tenía unos cuantos temas que había estado tocando antes de formar la banda, simplemente le dimos el formato banda “eléctrico”

En las canciones del Clan Jukebox entendemos que se da una doble faceta, por un lado la composición tuya como solista, pero también la aportación del Clan como banda al resultado final de las canciones.

La mayoría de las veces yo compongo la canción y luego con el grupo le damos el arreglo de "chapa y pintura”. Otras veces la música sale a partir de una Jam Session con la banda y yo intento componer la letra y la melodía final en base a esa música improvisada.

Conforme vas componiendo canciones y tocándolas, va surgiendo la idea de grabarlas en formato CD. Y llega la oportunidad de contar para ello con José Nortes, productor de prestigio nacional que ha trabajado con Quique González, Ariel Rot, Miguel Ríos, o Coque Maya entre otros. ¿Cómo se gesta la grabación del primer LP de Carlos Vudú y el Clan Jukebox, Cartas Marcadas?

Sí, pues de una manera bastante natural. Yo ya tenía un buen número de canciones, se las pasamos a José, las escuchó, nos dijo que quería trabajar con nosotros, y nos fuimos a los estudios La Cabaña de Madrid a grabar nuestro primer disco bajo su supervisión y producción

Y fue una apuesta fuerte, porque fue un disco absolutamente financiado por vosotros

Así es, por todos, y de lo que sacábamos concierto a concierto.

Y el disco resultó un éxito rotundo. La crítica de manera unánime destacó la madurez y la calidad del trabajo. A título personal, ¿cómo describirías el resultado final?

Es un disco muy directo, creo que capta la energía que la banda mostraba en directo en ese momento. Se grabó tocando todos juntos y creo que se nota mucho esa onda de directo

Como hemos dicho, vuestro primer disco es un éxito de crítica, pero, ¿qué se encuentra un músico que realiza un gran trabajo y ya lo tiene terminado? En el terreno de la difusión, ¿los medios de comunicación colaboran, o te encuentras un mundo hostil en el que las canciones que van a sonar ya están prefijadas?

Hostil no, digamos que hay millones de artistas y, si escuchas lo que se pone en Los 40 Principales, pues no puedes esperar que vayamos a salir ahí nosotros. Sin un gran apoyo detrás, tienes que jugar en tu liga e intentar ascender poco a poco a base de pequeños pasos. Por ejemplo, nos han tratado muy bien y con muy buenas críticas en pequeños blogs y radios especializadas en rock. Quizá eso vale más. Quizá sea mejor llegar a 10 personas a las que les puedes gustar y van a ir a verte y a comprar tu disco, que llegar a 10.000, pero que van a pasar de tu cara

Y vosotros, a pesar de no sonar en las grandes emisoras, a base de esfuerzo y de buenas canciones, sí conseguisteis traspasar las fronteras regionales y girar por toda España. ¿Cómo fueron esos conciertos por todo el territorio nacional?

Pues hay de todo, noches geniales y noches tocando para cuatro personas. Paradójicamente, tenemos la virtud de hacer unos auténticos conciertazos apenas que haya una palmada. Imagino que será por el hecho de decir: “sólo queda pasarlo bien y disfrutarlo.

Este año habéis lanzado un EP con tres canciones titulado Tratados de Soledad. ¿Qué podemos encontrar en este mini álbum?

Pues un pequeño aperitivo de lo que será el nuevo disco, con el sonido y la onda que tienen los nuevos temas.

¿Qué evolución te parece que ha seguido tu música desde Cartas Marcadas hasta lo que será este próximo LP?

Digamos que ahora todo va un poco más despacio. Cartas Marcadas, como dije, es un disco muy directo, queríamos que sonase rockero y muy enérgico. Ahora queremos coger también otro tipo de ambientes, como reducir un poco la velocidad del viaje para disfrutar más del paisaje

Para la producción de este nuevo disco, ¿tenéis la idea de volver a trabajar con José Nortes?

Sí, nos entendemos muy bien con él, nos aporta mucha confianza y comprende perfectamente el camino por el que queremos ir.

Y para recorrer ese camino, que yo creo que os debe llevar a escribir una página nueva y dorada en nuestro cancionero, decidís abrir una propuesta de colaboración para que el público, de manera directa, pueda participar en la elaboración de vuestro próximo álbum a través del crowdfunding. ¿En qué consiste esta idea del crowdfunding, o micro-mecenazgo?

Bueno, pues es una iniciativa que sirve para que la persona no sea simplemente un oyente, sino que sepa que ha puesto un dinero y que gracias a ese dinero ha financiado el proyecto de una banda, en este caso. Hay que descartar de primeras la idea de que el crowdfunding no es una beneficencia ni estás pidiendo limosna. La gente paga por una recompensa, es decir, estás pagando por un CD, un Vinilo, una entrada de concierto… etc. por anticipado, a un precio, en la mayoría de las veces, mucho más rebajado de lo que vas a encontrar luego en la tienda. Además, ese dinero sabes que va a ir destinado directamente al grupo sin intermediarios. Digamos que queríamos hacer que la gente se sintiera mucho más participe que simplemente comprando un CD en la tienda. Apoyando el crowdfunding, te conviertes en un componente más del grupo.

La próxima cita en la que podremos verte será el próximo martes, día 23 de diciembre en el Christmas Rock que se celebra en la plaza de La Merced de Murcia...

Es una propuesta que se lleva haciendo varios años. Hay una banda base e invitan a varios artistas de la Región de Murcia. Cada uno de ellos canta dos villancicos o Christmas. Todos los años se monta y hay muy buen ambiente.

Entonces hasta el próximo día 24 de abril en el Teatro Circo no podremos verte en Murcia con el Clan Jukebox tocando las canciones de vuestro nuevo disco…

Sí, así es.

Bueno Carlos, pues por nuestra parte es todo. Quiero darte las gracias en nombre de murciocio.es por habernos concedido esta entrevista, y también quiero desearte toda la suerte del mundo en tu andanza porque el Clan Jukebox, tú y tu música sin duda os lo merecéis.

Gracias man. ¡Un abrazo!

Carlos Vudú y el Clan Jukebox estrenan con éxito Gigantes en el Teatro Circo de Murcia

Sáb, 25/04/2015 - 22:32 -- Miguel Casas

Noche de viernes en Murcia, concierto grande en el Teatro Circo. Cartel de estreno en la entrada, caras conocidas en el vestíbulo. Nervios y sonrisas. Ir y venir de gente. Patio de butacas lleno, neblina en la sala. Saludos de cortesía, luces que se apagan. La portada del nuevo disco proyectada como telón de fondo, instrumentos colocados con mimo sobre el escenario. Grito de guerra entre bastidores, expectación entre el público. Suena Bang Bang (my baby shot me down) por los altavoces, canta la voz de Nancy Sinatra…

Así se presentaba, instantes antes de comenzar, el concierto que Carlos Vudú y el Clan Jukebox nos habían preparado para celebrar, en casa y rodeados de amigos, el lanzamiento de su segundo y esperado LP, Gigantes. Sin duda, una de las citas musicales más esperadas del año en Murcia por suponer, no solo la confirmación de uno los proyectos más atractivos de nuestra rica escena regional, sino también la consolidación de una de las bandas con mayor proyección a nivel nacional.

Por eso, entre todos los que son, prácticamente todos quisieron estar anoche en el Teatro Circo: desde viejos amigos hasta miembros de la familia, desde músicos amateurs hasta cantantes en ciernes, desde productores de moda hasta críticos de prestigio. Eso sí, prácticamente todos, pero dispersos entre el numeroso público general que con su generosa presencia quiso arropar y dar el calor necesario a este brillante músico de la tierra, joven aún, pero curtido ya en más de mil batallas.

De esta forma, con todos ocupando cómodamente sus localidades, a eso de las 21:45h, hicieron acto de presencia sobre el escenario los protagonistas de la noche para hacer saltar de sus butacas a los asistentes y ponerles a bailar con Al ritmo de tu cuerpo, un rock rabioso e intenso que se mostró ciertamente ideal para abrir el concierto con la contundencia que la ocasión merecía. A continuación, casi sin dar tiempo para respirar ni para sentarse, la banda invocaría a La reina del baile, otro rock, rápido y directo que, como un golpe certero, vino a espabilar y a agarrar de golpe toda la atención del auditorio.

A la tercera canción llegó el momento de empezar a escuchar las composiciones del nuevo disco de Carlos Vudú y el Clan Jukebox. Así, el primero de los temas seleccionados para ser presentados fue precisamente el que da título al LP: Gigantes, un rock realmente depurado que, con su ritmo más contenido permitió adivinar un cambio de velocidad apreciable entre las composiciones del primer disco, Cartas marcadas, y el segundo.

De esta manera, como si fueran cartas de dos palos diferentes, pero de una misma baraja, las canciones de ambos discos comenzaron a repartirse y alternarse con acierto para armar una larga jugada ganadora basada en la riqueza de ritmos y texturas. Así, temas nuevos como Arena y sal, Ha vuelto el petirrojo o Invierno sin abrigo se combinaron con los ya clásicos Cuando las calles gritan o Malas intenciones para hacernos desembarcar en el tramo central de un espectáculo cuyo desarrollo estaría marcado por la presencia casi exclusiva de canciones extraídas del nuevo Gigantes.

Y así, entre las composiciones del nuevo disco que fueron a llamar más nuestra atención pudimos apuntar: en primer lugar, Agua turbia, una aguda crítica social que comenzó desdibujando acordes para después ir haciéndolos más rotundos y acabar explotando en forma de rabioso rock; en segundo lugar, Cuentas pendientes, canción que empezó con Carlos en solitario a la guitarra antes de que la banda le envolviese y, a base de afilados punteos de guitarra, terminaran al unísono llegando a uno de los más notables momentos instrumentales de la noche; y en tercer lugar, Gracias por nada, uno de esos temas que resultan llamativos a la primera escucha y que, por su estribillo, sus coros, sus magníficos solos de piano y su guiño final al mítico What´s going on de Marvin Gaye, acabó destacándose como uno de los grandes aciertos del nuevo disco del Clan.

Concluida la fase que podríamos llamar de presentación del nuevo LP, volvieron a sonar, ya para encarar la recta final de la velada algunas de las canciones más conocidas del primer LP, como la luminiosa Tratados de soledad, la pegadiza Mientras puedas y la rockera Mira donde estoy. Más adelante, y una vez metidos en los bises, fue el momento de contar con el único invitado de la noche, Javier Maillo, quien cantó en solitario junto a Carlos la conmovedora Entre las cuerdas justo antes de que la banda regresara al escenario para poner el broche de oro al espectáculo con la mítica Cartas marcadas y el sorprendente Rock de las cloacas.

Como conclusión, mientras contemplábamos los saludos de los músicos y los aplausos con los que el público les correspondía, pudimos abandonar el coliseo de la calle Villar experimentando las gratas sensaciones de quien acaba de saborear un espectáculo de verdadera categoría. Y, en este caso, no sólo por la calidad de los artistas y su proyecto común, sino también por el acierto con el que éstos fueron capaces de armar un repertorio de lo más rico y defenderlo en vivo, y por primera vez, de una manera tan brillante.

 

Carlos Vudú no dejó cuentas pendientes en el Garaje Beat

Lun, 22/06/2015 - 13:56 -- Miguel Casas

Para comenzar esta crónica sobre el concierto que anoche brindó Carlos Vudú en la murciana Sala Garaje Beat Club primero deberíamos reconocer que, no ya en la música, sino en cualquier ámbito de la vida, es muy difícil suscitar un grado de unanimidad tan alto en torno a la calidad de un proyecto como el que está logrando alcanzar alrededor del suyo este joven y, a la vez, experimentado guitarrista murciano.

Y es que, quien más y quien menos, todos, ya sean afamados productores de prestigio o reputados críticos de prensa, ya sean emisoras de radio especializadas o canales de televisión nacionales, han terminado por valorar las bondades de este músico hasta llegar a considerarlo como una de las principales figuras emergentes de talla nacional destinadas a marcar el nuevo rumbo que habrá de seguir el rock español en el futuro. De hecho, nosotros, desde murciocio.es, ya en abril tuvimos ocasión de dar cuenta de ello con motivo de la lujosa y colorida presentación de su segundo LPGigantes, en el Teatro Circo de Murcia.

Por todo esto, a nadie le debe extrañar demasiado que, a pesar de tocar un domingo por la noche, el Clan Jukebox con Carlos Vudú a la cabeza lograran llenar más de medio aforo de la amplia Sala Garaje para realizar la segunda presentación en Murcia de su mencionado nuevo trabajo ofreciendo un concierto más íntimo, cercano y garajero en un local que, debido  a su fisonomía y a su acústica, quizá se percibió como más propicio que el Teatro Circo para poder disfrutar en mayor medida de la calidad que esta banda atesora en sus directos.  

Así, con un ambiente más que agradable en la Sala y con los músicos ya preparados sobre el escenario, Carlos y su banda -en la que formaba por primera vez Quino Lucas al piano- arrancaron su espectáculo con la intensidad que demandaba la ocasión para poner a bailar al respetable a base de una cuidada selección  de canciones extraídas de sus dos discos publicados, Cartas Marcadas y el ya mencionado Gigantes. De esta manera, temas que ya se han convertido en clásicos como Tratados de soledad, Mientras puedas o Cartas marcadas -con su característico homenaje dentro de la misma a Like a rolling stone-, fueron alternándose acertadamente con canciones de nuevo cuño como Gigantes, Ha vuelto el petirrojo, Arena y sal, Cuentas pendientes, Uno de los nuestros, Mira donde estoy o El rock de las cloacas. Sin duda, todo un repertorio que por su categoría y su variedad hizo las delicias de la concurrencia y que, además, tuvo, en una versión traída al estilo vudú de El límite, un bonito guiño para rememorar al grupo de Javier Andreu, La Frontera.

En definitiva, más que a un concierto, a lo que anoche tuvimos ocasión de asistir fue a una fiesta: la fiesta de la música y, en particular, a la fiesta del nuevo rock español; un nuevo rock en el que todos creemos que tendrá mucho que decir el Clan Jukebox porque en este caso, y como dice la canción, el espectáculo fue completo y no quedaron "cuentas pendientes". 

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Carlos Vudú ofrece su lado más íntimo en el Café de Alba

Vie, 06/11/2015 - 15:44 -- Miguel Casas

En la noche de ayer, a eso de las 22:30h, sobre un escenario en el que cada detalle fue cuidado con esmero, frente a las cámaras de la televisión regional como testigos de excepción, y, sobre todo, ante un público que respondió generosamente a pesar de ser jueves, Carlos Vudú regresó a Murcia -al Café de Alba- traído por la gira de presentación de Gigantes, su aplaudido segundo álbum que le ha llevado a dar la vuelta a España en 18 conciertos.

Y, si el título con el que el reconocido compositor murciano bautizó esta gira fue La Intimidad de las Bestias, anoche, ciertamente, no pudimos encontrar una expresión más adecuada para referirnos al espectáculo que nos habría de ofrecer: primero, porque fue en clave sonora íntima como se interpretaron los temas del recital; y segundo, porque con el término bestias bien podríamos calificar la talla musical, no sólo de Carlos Vudú, sino también de Pedro Alberto Teruel a la guitarra y Lucas Albadalejo al piano.

Por ello, conociendo la trayectoria del señor Vudú y la categoría de los amigos con los que se junta, prácticamente desde el inicio del concierto lo único que tuvimos que hacer fue disfrutar de la velada sin perder detalle de cuanto ocurriera en ella. Y ya con los instrumentos vibrando, lo que aconteció fue que todo empezó con Arena y sal, suave balada que sonó especialmente cálida y cercana; Gigantes, primer sencillo extraído del mencionado disco homónimo; Agua turbia, que destaca por su crítica e incisiva letra; y Un invierno sin abrigo, medio tiempo reflexivo de aire folk.

Mas adelante, tras las cuatro canciones extraídas de Gigantes con las que arrancó el recital, comenzaron a alternarse las de este álbum con las del anterior, Cartas Marcadas. Y así fueron sucediéndose temas como Malas intenciones, Ha vuelto el petirrojo, El aspirante, Cuentas pendientes o Tratados de soledad para desarrollar un cuerpo central de concierto que resultó verdaderamente rico y variado, no solo por la mezcla de los ritmos, sino también por la variedad instrumental con la que los músicos supieron dotar a cada canción de tonos y matices distintos.

Ya para afrontar la recta final de la noche, el Clan Jukebox haría sonar la potente Rock and roll de las cloacas, la ganadora Cartas marcadas, o la rabiosa Mira donde estoy, con el fin de hacer subir el ritmo y acabar por todo lo alto un concierto en el que pudimos ver y escuchar una completa muestra de lo que es capaz de ofrecer en clave íntima una de las mejores bandas de rock que tenemos, no solo en Murcia, sino en España.

Así, después de lo visto y oído en la noche de ayer, más que desear suerte a Carlos Vudú para que el gran público lo llegue a conocer, quizá lo que cabría es despedir esta crónica deseando suerte al gran público para que llegue a conocer a este músico y a su Clan Jukebox, un músico y una banda de los que solo cabe disfrutar.

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