En la noche del miércoles, y en un escenario a la medida de su grandeza, Burning, con el mítico Johnny Cifuentes a la cabeza, ofrecieron en la Plaza de la Cruz Roja de Murcia un memorable concierto de dos horas de duración en el que sacaron a pasear todo su arsenal de canciones inmortales con las que han escrito, a lo largo de los últimos 40 años, un buen puñado de las más brillantes páginas de la historia del rock español.
Así, a eso de las 23:00h y tras una impecable actuación de Santiago Campillo -que fue el ilustre encargado de abrir la velada recorriendo algunos de los cortes de su último disco, Carretera sin final- Burning, en formato sexteto y rigurosamente vestidos de negro, saltaron al escenario con el hambre de unos principiantes, pero con el aplomo que solo dan los años, para arrancar por todo lo alto una larga noche de rock and roll dando la bienvenida a uno de sus personajes más célebres, Jim Dinamita.
De este modo, con más de 3000 personas -a las que poco les importó que al día siguiente hubiera que madrugar- bailando y cantando desde el primer minuto, la banda de Johnny Cifuentes comenzaría a alternar temas como Bestia azul, Willie Dixon, o Tú te lo llevas todo, pertenecientes a su último trabajo de estudio, Pura Sangre, con algunos de sus clásicos más conocidos, como Baila mientras puedas, I´m burning, o la eterna ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?
Llegando al ecuador del concierto Como un huracán, el protagonismo de las canciones del doble disco Burning/En directo, grabado en 1990, fue a más dando como resultado una segunda mitad de recital en la que el público acabó desatándose y echando más leña a un fuego que ya era incontrolable gracias a temas como Muévete en la oscuridad, Ginebra seca, Esto es un atraco y Mueve tus caderas, que fue introducida por un Johnny desatado regando con champán a las primeras filas de incondicionales.
Superado el punto álgido de la velada con Mueve tus caderas, rock desaforado que llevó la locura a la Plaza de la Cruz Roja, y a punto de dar la una en el reloj, llegaría el turno de los bises, entre los que sonarían otros dos clásicos de Burning, la descarada No es extraño que tú estés loca por mí y la emocionante Una noche sin ti, que sirvió para despedir la velada recordando a Pepe Risi, inspirado compositor, virtuoso guitarrista, rockero de raza, líder carismático y figura clave del rock español.
Y así, abandonando a regañadientes un recinto en el que minutos antes se habían suscitado tantas emociones en torno a la que, posiblemente, es la banda de rock más necesaria que ha existido en España por ser la primera que asimiló ese rock canalla, tierno, chuleta y elegante que se gastaban los Stones, pero adaptándolo con alma y voz propias para demostrar que nuestra cultura era capaz de generar universos genuinamente rockeros y que nuestra lengua era vehículo válido para transmitirlos, emprendimos el camino a casa más que satisfechos por haber visto a unos Burning radiantes tocando sus mejores temas en un escenario que les permitió dar lo mejor de si mismos.
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