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Adiós Nicole y WAW se suman a la carrera por el III Concurso Sala Revólver

Crear: 03/13/2017 - 01:35

Siguiendo la estela de los grupos que están iluminando con su música la tercera edición del Concurso Pop-Rock Sala Revólver, este viernes regresamos a la popular sala murciana para vivir la novena de sus eliminatorias, que puso en liza a dos jóvenes bandas nacidas en la Región: Adiós Nicole y WAW.

Así, con una gran expectación en la Sala para ver el retorno de Adiós Nicole tras un período de silencio de casi dos años, la banda encabezada por Tommy Rocheteau saltaría al escenario a las 23:30h con José Gálvez al bajo y contando entre sus filas con las nuevas incorporaciones de Jorge MA a la guitarra y Álvaro Carbonell a la batería.

De este modo -aún con el recuerdo vivo de aquel 2013 en el que fueron finalistas del CreaJoven y de aquel dorado 2014, en el que actuaron en el Festival SOS, abrieron para Vetusta Morla en el Lemon Pop, y lanzaron su primer EP, “Desconocidos”- los renacidos Adiós Nicole plantearían un recital en el que, junto a las canciones de su primera etapa, ofrecerían otras de reciente creación para confirmar que su esperado regreso vendrá refrendado con un nuevo capítulo discográfico.

En consecuencia, felicitándonos por el retorno a la actividad de una de las bandas con mayor proyección de nuestra escena, ya iniciada la velada, Adiós Nicole se encargaría de arrancar su concierto pisando a fondo el acelerador con Luces tenues y Tu sombra; dos temas en los que las letras intimistas volarían raudas para poner a bailar al público llevadas por melodías frescas y directas de marcado corte indie.

Entonces, pausando el frenético ritmo del comienzo, llegaría la balada ERA antes de que el tempo volviera a subir con Fotogramas; inspirada canción incluida en el mencionado primer mini álbum de la banda con la que se alcanzó el ecuador del concierto. Ya en la segunda mitad del recital, dos baladas más -primero El momento presente y después Desconocidos- servirían para poner a cantar al público al ritmo del pop más dulce y melódico de Adiós Nicole.

A continuación, encarando la recta final, la banda culminaría su espectáculo por todo lo alto con Un mes y Si el mundo acaba hoy; dos piezas en las que destacarían la intensidad y la precisión de unos rápidos desarrollos instrumentales con los que se pondría de manifiesto que dos años no es nada y que, habiendo ganado en consistencia con las nuevas incorporaciones, Adiós Nicole han regresado a tiempo para llegar a donde se propongan.

Más adelante, realizados los oportunos cambios sobre el escenario, a eso de las 00:30h se presentarían ante la Sala Revólver WAW, que son las siglas de We Are WAW, para demostrar que la edad de oro por la que atraviesa la música en la Región, lejos de decaer, sigue su desarrollo aportando invitados de toda clase y condición a una fiesta que parece que nadie se quiere perder.

Y precisamente por eso, por convertir su concierto en una fiesta -una auténtica, disparatada y divertidísima fiesta- los descamisados, despeinados y descarados miembros de WAW, disparando sus letras cuajadas de humor absurdo con pólvora llena de reggae, ska, rock y funky, conseguirían meterse en el bolsillo a la Sala desde los primeros compases de su actuación y poner a botar a buena parte del público al ritmo de canciones como El taxidermista, Pokemon o  Pai, pai.

Metidos ya en la segunda mitad de su fulgurante recital, esta banda fundada en 2015, que el pasado año editó su primer trabajo de estudio, echaría toda la carne en el asador haciendo sonar Escape de gas -tema que, como era de prever, versaría sobre una inoportuna flatulencia- antes de que llevaran la locura a la Sala sirviendo en bandeja de plata su explosivo Pepino Boom –tema que, como de prever, no versaría sobre la conocida planta de la familia de las curcubitáceas-.

Finalmente, concluida la velada, mientras cruzábamos el zaguán de la Sala Revólver aún con una sonrisa en la boca, saldríamos a la calle satisfechos no solo por haber constatado el prometedor regreso de Adiós Nicole, sino también por descubrir a WAW, banda que por su estilo, su actitud y su puesta en escena estamos convencidos de que deparará muchas noches de diversión allá por donde vaya.

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El Festival Big Up! se hace grande en el corazón de la ciudad (I): La Tribu 29, WAW, Álex Juárez y Tangerine Flavour

Crear: 10/08/2018 - 00:51

Afrontando su sexta edición, el Festival Big Up! acudió a su cita anual con las calles de Murcia mostrando un buen número de novedades que, en conjunto, evidenciarían tanto el crecimiento que el certamen musical está experimentando con el transcurso de los años como el deseo de la organización de dar un salto de calidad con respecto a la puesta en escena de las anteriores ediciones.

Así, junto con el considerable aumento de la cantidad de los eventos culturales y de los conciertos en salas que rodean a la jornada reina del festival, quizá la más llamativa de estas novedades consistiría en que, aupado por el patrocinio de dos conocidas marcas, el Big Up! establecería por primera vez una sede fija para sus recitales callejeros en la Plaza de la Universidad; lugar en el que, además de levantarse dos pequeños escenarios, se llevaría a cabo la definitiva amplificación del sonido de los instrumentos musicales.

Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones de los organizadores, lo cierto es que pronto podría constatarse que, al igual que en la vida, el Festival debería enfrentarse en su desarrollo a los tropiezos y a las vicisitudes que conlleva todo crecimiento. De hecho, fue incluso antes de comenzar cuando hicieron acto de presencia las dificultades, ya que, por motivos que no trascendieron, el primero de los conciertos programados, el de La Tribu 29, se inició con cuarenta y cinco minutos de retraso sobre el horario previsto. 

No obstante, lejos de acusar esta contrariedad, la verdad es que tanto los ocho músicos que poblaron el escenario como el numeroso público que se congregó en la plaza se entregarían sin reservas para vivir como una auténtica fiesta el recital de La Tribu 29. Y es que, moviéndose entre las coordenadas del funk, el blues, el son, el flamenco y la rumba, La Tribu, comandada a la perfección por Carlos Barquero, desplegaría un espectáculo cuajado de ritmos mestizos, bailables y pegadizos que haría las delicias del respetable justo antes de partir hacia Mallorca para comenzar la grabación de su próximo trabajo discográfico, que será producido por Juanito Makandé.

A continuación, preparados en el escenario contiguo a aquel en el que había actuado La Tribu, WAW, finalistas de la última edición del CreaMurcia Pop-Rock, arrancarían como una exhalación su recital para insistir en la vertiente más lúdica y festiva de la música en vivo, aunque, eso sí, añadiéndole generosas notas de humor, locura y desinhibición que, de hecho, funcionarían de maravilla para atraer a un público formado por grandes y pequeños que disfrutarían de lo lindo cantando temas como Escape de gas, El taxidermista o Pepino Boom. En resumen, un repertorio fresco, original y divertido que llenaría de sonrisas y aplausos la Plaza de la Universidad.

Entonces, regresando al escenario en el que se había iniciado la jornada vespertina del Big Up!, el tempo del festival bajaría notablemente de la mano de Álex Juárez; prometedor cantautor que debería asumir el reto de cambiar de tercio el certamen y guiar su desarrollo por unos derroteros donde serían protagonistas las letras intimistas y las melodías pausadas. Sin embargo, a pesar de que la propuesta de Juárez podría parecer condenada tras las actuaciones de dos bandas tan movidas como La Tribu 29 y WAW, lo cierto es que el cantautor no solo lograría alzar su voz con la energía que requería un escenario como la Plaza de la Universidad, sino que además conseguiría ganarse a los asistentes con canciones tan inspiradas como El cactus o La feria.

Más adelante, cambiando de nuevo de escenario, la banda madrileña de rock Tangerine Flavour se presentaría ante el público murciano reducida a dúo por las bajas de Emilio Bonilla y Pablo Marín, hecho que obligó a Fernando Lima y Miguel Polonio a ofrecer una relectura de su repertorio en clave acústica y, en consecuencia, a ofrecer un espectáculo alejado de la rotundidad con la que la formación suele emplearse cuando actúa al completo. Además, si a esta circunstancia se le suman los problemas de sonido que padeció la banda y que, de hecho, la obligó a interrumpir el ritmo de su recital, no sería de extrañar que el concierto de los madrileños resultara, lamentablemente, más bien discreto.

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