Festival Big Up!

Aire Canadá, Alv McMartin, Río Viré y Claim incendian la calle al son del Big Up!

Lun, 10/10/2016 - 08:25 -- Miguel Casas

Atraídos por una nueva edición del Festival Big Up!, este pasado sábado decidimos ataviarnos con calzado cómodo, ropa ligera y gafas de sol para lanzarnos a las calles de Murcia dispuestos a recorrerla redescubriendo algunos de sus rincones más emblemáticos al ritmo que la música marcase.

Así, acudiendo a este festival callejero que, con solo cuatro ediciones, ya se ha convertido en cita imprescindible, pudimos advertir tres novedades en su estructura con respecto a las de otros años. La primera, la ampliación del número de bandas participantes, de seis a ocho. La segunda, la fragmentación de la jornada en dos etapas, una matinal y otra vespertina. Y la tercera, la utilización de cada localización para brindar, no uno, sino dos microconciertos.

De este modo, siguiendo el camino de baldosas amarillas que marcaba la Ruta Oro sobre el mapa de la ciudad, nuestros pasos fueron a dar a la peatonalizada Avenida de la Libertad, donde a eso de las 12:30h estaba previsto el comienzo del espectáculo con la actuación de Aire Canadá; joven y prometedora banda de pop de aires indies que a finales del pasado 2015 editó su primer trabajo de estudio, el EP Parques y genios. En rigor, un disco cuajado de melodías delicadas y letras evocadoras del que para su actuación el grupo extrajo perlas como Homeostático, que se engarzaron a la perfección con versiones como la que ofrecieron de Ni tú ni nadie.

Más adelante, pero sin movernos del sitio a pesar del sol que caía con fiereza a mediodía, llegaría el turno de Alv McMartin; una de las propuestas sonoras más interesantes que han surgido ultimadamente en nuestra Región, ya que, partiendo de géneros clásicos como el soul, el swing, el blues, el rock and roll y hasta el gospel, sus componentes han sido capaces de crear canciones que, sin traicionar la esencia de la que nacen, se ofrecen como piezas plenamente actuales; piezas como It´s alright, The gambler song o Streets of Kraków con las que McMartin, a la postre, pondría a bailar a buena parte del público concentrado como ya hiciera la semana pasada en la presentación de su primer EP, Masquerader.

A continuación, poniéndonos en movimiento camino de la segunda, y última, parada de la mañana, que se situaría en el lateral oeste del Teatro Romea, llegamos hasta el preciso lugar en el que tocarían Río Viré y Claim. El primero, preparando una sorprendente puesta en escena en la que apareció emergiendo de una pequeña tienda de campaña mientras sus músicos hacían vibrar sus instrumentos, iría metiéndose en el bolsillo al público haciendo sonar temas como Un rincón de paz, Alma salvaje, o El rey de Argentina en los que daría buena muestra tanto de su sensibilidad y su madurez como compositor, como de su naturalidad y su dulzura como intérprete

Ya para cerrar la etapa matinal de la Ruta Oro del Big Up!, serían Claim los que harían acto de presencia con el objeto de presentar, antes de partir rumbo a Castellón, algunas de las canciones que han formado su álbum debut, Barbados. De hecho, un cuidado disco de pop cuajado de delicadas melodías de corte indie que ha sido acogido con expectación por el público murciano desde que fue presentado el pasado 15 de enero y del cual esta banda interpretaría, entre otros, Sábado, El baile y la cena o Sería un detalle para poner a cantar con ellos a un público que no dudó en despedir a la formación con sonoros aplausos.

El Nuevo Acelerador y Moody Sake iluminan la mañana del Big Up!

Crear: 10/08/2017 - 18:12

Este sábado, saliendo a la calle en busca de canciones, decidimos seguir el camino de baldosas amarillas que marcaba la Ruta Oro del Festival Big Up! hasta llegar a la Plaza de Santa Catalina; exquisito rincón situado en el corazón de Murcia donde a las 13:30h El Nuevo Acelerador tenía encomendada la misión de arrancar la que sería la quinta edición urbana de este certamen musical.

Así, a los pies del monumento a la Inmaculada Concepción y rodeada por un sinfín de miradas de curiosidad y atención, la banda encabezada por Juana García comenzaría su recital con puntualidad para ofrecer un cuidado repaso a su trayectoria que iría, desde su más reciente LP de título homónimo, hasta su primer trabajo que, en formato EP, editaron en el año 2013 bajo el nombre de “Hombre de hojalata”.

De este modo, debiendo adaptarse a las particulares características de un festival que lleva a gala su condición de acústico, la formación optaría no solo por presentarse como trío, sino también por elegir un repertorio que estaría dominado en su primera mitad por medios tiempos tan redondos como El kraken o Cero. Poco más adelante, ajustándose al horario que limitaba a treinta minutos cada actuación, el grupo acometería casi en un suspiro la segunda fase de su concierto haciendo sonar canciones como la rutilante No pidas tanto o la emocionante Hay males peores con las que, pesar de tener que prescindir de la electricidad, El Nuevo Acelerador acabaría haciendo resplandecer su brillante personalidad indie.

Concluida la primera etapa de la Ruta Oro, nuestros pasos se encaminarían hacia la calle Basabé, donde habría tenido que empezar el concierto de Moody Sake a las 14:20h, si no hubiera sido porque, debido a una grave falta de coordinación entre concejalías, la cita tuvo que acabar desarrollándose, unos metros más allá, encajada entre una caseta informativa y un puesto del Ayuntamiento y sitiada por las numerosas actividades que, con motivo de la II Feria de Seguridad Vial, copaban la Plaza de Santo Domingo.

No obstante, lejos de mostrarse contrariados, lo cierto es que Ginés Guzmán –guitarra y voz- y Toni Pérez –percusiones- saldrían a escena agradeciendo a todos la oportunidad que se les ofrecía y dispuestos a aprovecharla al máximo. Y tanto fue así, que desde los compases iniciales el dúo desplegaría una potente propuesta musical que, basada en un rock mestizo, afilado y fronterizo de genuino sabor americano, atraería a decenas de personas hasta ellos. De hecho, sorprendiendo por el hecho de que, a pesar de las limitaciones técnicas, solo dos músicos fueran capaces de armar un sonido tan consistente, Moody Sake se afanarían con notable acierto en la presentación de su segundo trabajo de estudio, “Top the moody”.

En consecuencia, con Guzmán cautivando a los presentes en vanguardia y Pérez dando impulso necesario desde atrás, la banda no solo brindaría temas de su más reciente disco como Snakes and shakes o Mr Humble, sino que también presentaría otros nuevos aún no grabados como Wilderness para finalizar de manera impecable su recital y, de paso, ponerle la guinda a una mañana que, en lo musical, resultó sobresaliente.

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Rey Lobo, Jamones con Tacones, Galleta Piluda y Atrezo culminan el mejor Big Up!

Crear: 10/09/2017 - 04:36

Superado el descanso de mediodía, la Ruta Oro del Festival Big Up! se reanudaría en el barrio de Santa Eulalia; concretamente, en un nuevo espacio abierto en la confluencia de las calles Victorio y Horno que, al menos estéticamente, resulta más que discutible por el hecho de que deja al aire los laterales recubiertos de poliuretano de dos edificios sin fachadas ni ventanas hacia el lugar, y a la vista de todos las interioridades –o sea, la ropa tendida- de un pequeño patio de vecinos.

En cualquier caso, consideraciones urbanísticas aparte, lo cierto es que, bajando un poco la mirada, el Huerto de Santa Eulalia cumpliría mejor que bien con la función de ofrecer un rincón cómodo y acogedor para la que sería, precisamente, la propuesta sonora más intimista de todas. De esta forma, con los jovencísimos Rey Lobo listos sobre el escenario, decenas de personas atravesarían el umbral del huerto urbano para dejarse seducir por las suaves melodías lanzadas al aire y las delicadas letras susurradas al oído presentes en el primer EP de la banda, “Non duermas”. En rigor, canciones como Media legua, Camino hondo o Petrolos que, plantadas cual semillas en terreno fértil, acabarían haciendo florecer numerosos racimos de sinceros aplausos en torno a la formación.

Más adelante, a las 18:20h sobre los restos del alcázar musulmán y del primer teatro que tuvo la ciudad, o, lo que es lo mismo, entre la iglesia de San Juan de Dios y el instituto Francisco de Cascales, serían Jamones con Tacones los encargados de brindar la segunda actuación vespertina de la Ruta Oro ante más de doscientas personas que no dudaron en acudir a la calle peatonal para vivir la fiesta de soul, reggae, blues, hip-hop y funky en la que siempre convierten sus directos -toquen en un auditorio, en una sala, en un mercado o en la calle- este inquieto sexteto de músicos sin fronteras ni límites. Así, haciendo volar al respetable con su excelente sección de vientos, Jamones partirían de su esperado álbum debut, “Lukin for de fango”, para ir alternando piezas de este trabajo como Mi mongola favorita o Somos jóvenes con otras que quedaron fuera del mismo como La resaca o Auténtico.

Entonces, a eso de las 19:50h y con el Edificio Moneo del Ayuntamiento haciendo de telón de fondo, llegaría uno de los espectáculos más esperados del Big Up!: el concierto del dúo humorístico-musical Galleta Piluda. De este modo, con cientos de personas arremolinándose en torno a Vicente Navarro y a Alberto Botías, los inventores del garrulismo yeyé no tardarían en dejar boquiabierto al personal repasando sus tres discos editados desde 2015 con canciones como de Nevando en Orlando, Perri el erizo, Klaus, Klaus o Vibrador violador, ésta última, perteneciente a su LP “Chuflagaitas”. Por tanto, sin miedo, sin vergüenza y hasta sin zapatos, los piludos, divertidos y disparatados como ellos solos, desplegarían su rock de raíces sesenteras -psicodélico y experimental- en el que, prescindiendo de usar guitarras o bajo, sería el órgano Farfisa de Navarro el que daría cuerpo a unas letras absolutamente delirantes.

Finalmente, aún con una sonrisa dibujada en la cara, serían muchos los que seguirían la Ruta Oro del festival hasta llegar a la Muralla de Verónicas, donde ya esperaban puntuales a su público Atrezo. Así, con José Fructuoso y David Pina acompañados para la ocasión por el pianista Pablo de Torres, la banda ofrecería una cuidada selección de cinco temas con los que, además de presentar su primer EP, “Mírame”, también interpretarían prometedores adelantos de su próximo trabajo discográfico tales como Ahora es el momento o Solo somos, ésta última, todavía sin título oficial. De esta manera, bailando a los pies de la muralla de Murcia al son de ágiles, rápidas y luminosas canciones pop como Quiero que sea el final o Lo tengo decidido, el público disfrutaría de lo lindo del cierre de fiesta de un Big Up! en el que, lejos de los altibajos de años anteriores, las seis bandas participantes, cada una en su estilo, rayaron a un nivel fantástico.

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El Festival Big Up! se hace grande en el corazón de la ciudad (I): La Tribu 29, WAW, Álex Juárez y Tangerine Flavour

Crear: 10/08/2018 - 00:51

Afrontando su sexta edición, el Festival Big Up! acudió a su cita anual con las calles de Murcia mostrando un buen número de novedades que, en conjunto, evidenciarían tanto el crecimiento que el certamen musical está experimentando con el transcurso de los años como el deseo de la organización de dar un salto de calidad con respecto a la puesta en escena de las anteriores ediciones.

Así, junto con el considerable aumento de la cantidad de los eventos culturales y de los conciertos en salas que rodean a la jornada reina del festival, quizá la más llamativa de estas novedades consistiría en que, aupado por el patrocinio de dos conocidas marcas, el Big Up! establecería por primera vez una sede fija para sus recitales callejeros en la Plaza de la Universidad; lugar en el que, además de levantarse dos pequeños escenarios, se llevaría a cabo la definitiva amplificación del sonido de los instrumentos musicales.

Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones de los organizadores, lo cierto es que pronto podría constatarse que, al igual que en la vida, el Festival debería enfrentarse en su desarrollo a los tropiezos y a las vicisitudes que conlleva todo crecimiento. De hecho, fue incluso antes de comenzar cuando hicieron acto de presencia las dificultades, ya que, por motivos que no trascendieron, el primero de los conciertos programados, el de La Tribu 29, se inició con cuarenta y cinco minutos de retraso sobre el horario previsto. 

No obstante, lejos de acusar esta contrariedad, la verdad es que tanto los ocho músicos que poblaron el escenario como el numeroso público que se congregó en la plaza se entregarían sin reservas para vivir como una auténtica fiesta el recital de La Tribu 29. Y es que, moviéndose entre las coordenadas del funk, el blues, el son, el flamenco y la rumba, La Tribu, comandada a la perfección por Carlos Barquero, desplegaría un espectáculo cuajado de ritmos mestizos, bailables y pegadizos que haría las delicias del respetable justo antes de partir hacia Mallorca para comenzar la grabación de su próximo trabajo discográfico, que será producido por Juanito Makandé.

A continuación, preparados en el escenario contiguo a aquel en el que había actuado La Tribu, WAW, finalistas de la última edición del CreaMurcia Pop-Rock, arrancarían como una exhalación su recital para insistir en la vertiente más lúdica y festiva de la música en vivo, aunque, eso sí, añadiéndole generosas notas de humor, locura y desinhibición que, de hecho, funcionarían de maravilla para atraer a un público formado por grandes y pequeños que disfrutarían de lo lindo cantando temas como Escape de gas, El taxidermista o Pepino Boom. En resumen, un repertorio fresco, original y divertido que llenaría de sonrisas y aplausos la Plaza de la Universidad.

Entonces, regresando al escenario en el que se había iniciado la jornada vespertina del Big Up!, el tempo del festival bajaría notablemente de la mano de Álex Juárez; prometedor cantautor que debería asumir el reto de cambiar de tercio el certamen y guiar su desarrollo por unos derroteros donde serían protagonistas las letras intimistas y las melodías pausadas. Sin embargo, a pesar de que la propuesta de Juárez podría parecer condenada tras las actuaciones de dos bandas tan movidas como La Tribu 29 y WAW, lo cierto es que el cantautor no solo lograría alzar su voz con la energía que requería un escenario como la Plaza de la Universidad, sino que además conseguiría ganarse a los asistentes con canciones tan inspiradas como El cactus o La feria.

Más adelante, cambiando de nuevo de escenario, la banda madrileña de rock Tangerine Flavour se presentaría ante el público murciano reducida a dúo por las bajas de Emilio Bonilla y Pablo Marín, hecho que obligó a Fernando Lima y Miguel Polonio a ofrecer una relectura de su repertorio en clave acústica y, en consecuencia, a ofrecer un espectáculo alejado de la rotundidad con la que la formación suele emplearse cuando actúa al completo. Además, si a esta circunstancia se le suman los problemas de sonido que padeció la banda y que, de hecho, la obligó a interrumpir el ritmo de su recital, no sería de extrañar que el concierto de los madrileños resultara, lamentablemente, más bien discreto.

El Festival Big Up! se hace grande en el corazón de la ciudad (II): Komorebi, Austin Slack, Increíbles Ful y Bous

Crear: 10/08/2018 - 17:42

Sobrepasando el reloj las 19:40h y con los últimos rayos del sol poniente acariciando las azoteas de los edificios cercanos, el atardecer cedería paso a la noche y la luz natural a la artificial para dar la bienvenida a Komorebi; brillantes vencedoras del CreaMurcia 2018 en su categoría de Otras Tendencias.

De este modo, suscitando una de las mayores concentraciones de público del Big Up!, las violinistas Sofía Ortigosa y Julia de Torres desplegarían un espectáculo cuidado hasta el más mínimo detalle en el que resplandecería ante todo la sofisticación y la modernidad de una propuesta sonora que aúna música clásica, electrónica, pop y folk a partes iguales. Así, enriqueciendo las melodías de sus violines con constantes cambios de instrumentos y con la introducción de innumerables efectos, Komorebi cantaría a la tierra, al aire, al agua y al fuego a través de unas letras apenas sugeridas en las que se reivindicaría una mayor comunión con la naturaleza.

Más adelante, con el festival relanzado llegaría el turno del chico del que todo el mundo habla en la Región: Austin Slack. No en vano, este joven británico de Caravaca que con solo veinte años ya ha dado más de mil conciertos y acaba de editar su segundo mini álbum haría uso con maestría de la descomunal experiencia que atesora para brindar un recital rápido y ágil en el que brilló con luz propia ese pop bailable y elegante que ha comenzado a destilar con voz propia. Así, arropado por una banda de garantías como es The Streeters, la figura de Slack se agigantaría en cada tema hasta culminar con toda la naturalidad del mundo un recital absolutamente impecable.

De este modo, cambiando nuevamente de escenario, los focos del Big Up! se encenderían para dar la bienvenida a Increíbles Ful; banda de indie pop que tras la publicación en 2017 de su segundo LP, “Pez Araña”, ha alcanzado un amplio reconocimiento tanto dentro como fuera de la Región. Así, con importantes cambios en el grupo, pero conservando ese núcleo esencial que forman Rafael Bernal y Fulgencio Martínez, Increíbles Ful deberían antes de empezar hacer frente a unos problemas técnicos que, si bien provocaron el retraso de su recital, no consiguieron evitar que la banda tejiera en torno al público un espectáculo pleno de intensidad, poesía y magia.

Finalmente, a las 21:30h y después de lidiar con nuevos desajustes que ensombrecieron los prolegómenos de su recital, los alicantinos Bous saltaron al ruedo de la noche murciana dispuestos a clausurar de la mejor manera posible la sexta edición del Festival Big Up! Calles. Así, ofreciendo un delicado recital de ritmo acompasado que giraría alrededor de la exquisita sensibilidad musical de su vocalista, Blanca Flor del Olmo, la banda de pop acabaría respondiendo a las expectativas y poniéndole un excelente colofón a un festival que, a pesar de las dificultades que sufrió, volvió a cumplir con su objetivo de dar a conocer los nuevos talentos de nuestra música.

Por ello, más allá de los problemas técnicos, los desajustes y los retrasos, quizá con lo que cabría quedarse a nivel organizativo en esta edición del Big Up! es con la valiente determinación que mostraron los organizadores en su deseo de crecer y mejorar un evento que año tras año ha ido ganándose el corazón de Murcia; ciudad que hoy es para muchos sinónimo de Música. Y es que, como dijo el sabio: “Tropezar, caer y levantarse; en eso consiste hacerse grande”.

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