Alejo Stivel

Alejo Stivel llena de Rock and Roll la plaza de Molina

Dom, 21/09/2014 - 20:59 -- Miguel Casas

Anoche fue sábado a la noche, pero no un sábado cualquiera perdido en una semana cualquiera de en mes cualquiera de un año cualquiera. El de anoche fue un sábado especial porque llegaba Alejo Stivel a Molina de Segura para tocar Rock and Roll en la plaza del pueblo y encima gratis. Así que cuando un amigo, un tanto desinformado, me preguntó: “¿qué puedo hacer esta noche?” No pude responderle otra cosa que: “coge a tu chica, invítala a salir, llévala al concierto de Molina, y después, que Dios reparta suerte.”

Con la hora de comienzo pisándonos los talones, llegamos al concierto a eso de las once de la noche. Para entonces, acababa de iniciar su actuación Antonio Cassinello y su banda de rock. En torno al coqueto escenario montado justo enfrente del Ayuntamiento molinense se arremolinaban alrededor de 2000 personas entre las que, como es habitual en este tipo de espectáculos abiertos, había público de toda clase y condición. Desde melómanos hasta curiosos, desde niños hasta abuelos, desde pandillas de amigos hasta parejas de novios, desde matrimonios de mediana edad hasta solitarios empedernidos.

Sin demasiadas dificultades conseguimos abrirnos paso y llegar a las inmediaciones del escenario para poder ver y escuchar mejor el recital de Cassinello. El músico murciano ofreció una agradable selección de temas propios y ajenos interpretados magníficamente por una banda de músicos cuajada de experiencia. Junto a sus habituales miembros, era de destacar la presencia en los teclados de Lucas Albadalejo, posiblemente el mejor pianista pop de la Región, y al que algunos llaman el Fran Perea de los teclados, debido a un más que dudoso parecido con el famoso “actor.”

Bromas aparte, lo cierto es que el concierto resultó de lo más interesante porque en el estilo de Cassinello confluyen los sonidos más clásicos del Rock americano de los 50 enriquecidos con textos en español que permiten comprender y reconocer mejor este género. Los temas, entre los que podemos destacar: Perdido, Babelina, o Fuma, esta última del gran J. Cassinello, hicieron las delicias del público. Ritmo, animación, intensidad y llamativos momentos de comunión entre los músicos saludaron el concierto. Al final, apenas cuarenta minutos después de comenzar, debieron concluir el recital para cumplir con los horarios marcados para la velada. Escaso tiempo que supo a poco, pero que fue suficiente para demostrar su buen hacer como compositor y músico sobre el escenario.

Pasadas las doce, apareció con puntualidad británica la gran estrella del rock español de finales de los 70, el argentino Alejo Stivel, otrora líder de Tequila, hoy convertido en productor musical de éxito, y todavía cantante en ocasiones especiales como la de anoche. Sin duda, el tiempo no pasa en balde para nadie, pero Alejo demostró estar a un buen nivel tanto físico, como vocal. Ya sin su maravillosa melena juvenil, pero conservando intactas su figura Stone y su voz arrastrada, chulesca y juvenil, Alejo Stivel salió al escenario arropado por una banda de autentico lujo, destacando entre sus componentes Jacob Reguilón al bajo, habitual de Quique González, y Julián Kanevsky a la guitarra, habitual de Andrés Calamaro.

Sobre el concierto hay que decir que comenzó como un disparo directo al corazón gracias a que la primera canción que sonó fue la mítica Rock and Roll en la plaza del pueblo, primer éxito de Tequila allá por el año 1977 y tema fundacional del nuevo Rock nacional de finales del siglo XX. Con la audiencia entregada desde los primeros acordes, la noche fue una sucesión de canciones legendarias de Tequila mezcladas con otras no menos legendarias de diferentes grupos y artistas. Títulos que hablan por sí mismos son los de Nada, de Mamá; Hoy puede ser un gran día, de Juan Manuel Serrat; Enamorado de la moda juvenil, de Radio Futura; Sábado a la noche, de Morís; Qué hace una chica como tú en un sitio como este, de Burning; u Ojalá, de Silvio Rodríguez.

Alternándose con estos, y quizá superándolos en intensidad, sonaron también los grandes éxitos de Tequila: Quiero besarte, Dime que me quieres, Que el tiempo no te cambie, Necesito un trago, Me vuelvo loco y Salta, con la que se puso fin a una velada de auténtico ensueño en Molina de Segura.

La nota habría sido de Matrícula de honor, si el genial Alejo, que tan animado y gracioso estuvo, no hubiera caído en el error de repetir dos canciones, aunque con versiones diferentes, y si se hubiese guardado en el bolsillo una versión castellanizada bastante floja de Should I stay or should I go, de The Clash, aunque en su descargo también sea justo añadir que el tema original en inglés tampoco es que sea para tirar cohetes por su calidad literaria.

Por todo ello, quizá lo más justo sea ponerle un notable alto, que tampoco está nada mal, reconociendo el correcto sonido del montaje, la gran calidad técnica de los músicos y el propio Alejo, y la inspiración de un repertorio seleccionado para hacer las delicias de los paladares más exquisitos y entretener a los menos avezados.

Ariel Rot y Alejo Stivel agrandan la leyenda de Tequila

Crear: 07/02/2017 - 00:37

Ambiente de las grandes ocasiones, el que se vivió este viernes en Murcia para dar la bienvenida a Tequila; banda fundamental en la historia del rock hispano-argentino que en tan solo seis años de singladura –desde 1976 a 1982- tuvo tiempo para romper los moldes de la canción popular en nuestro país, mostrar una nueva forma de hacer rock and roll en español y dejar para la posteridad una colección de éxitos inolvidables que, desde entonces, no han parado de sonar hasta nuestros días.

Así, conscientes de la importancia de la cita, serían miles los que se acercarían al Auditorio Parque Fofó a disfrutar de los temas de Tequila de la mano de una poderosa banda de rock que, reunida por los dos miembros esenciales de la formación original: los argentinos Ariel Rot y Alejo Stivel, ha insuflado nueva vida a un repertorio clave de nuestra música mediante una mini gira de cuatro conciertos que, aunque estaba previsto que concluyera en Murcia, aún podría ampliarse con nuevas fechas de cara al verano que acaba de comenzar.

De este modo, a eso de las 22:15h y con una multitud llenando la pista central del coqueto recinto, Tequila saltaría al escenario pisando a fondo el acelerador al enlazar tres temas como Rock and roll en la plaza del pueblo, Mira a esa chica y Matrícula de honor que, tocados sin pausa, pusieron a bailar a todos los presentes y brindaron un inicio de recital verdaderamente arrollador. Entonces, con el público ya caliente, llegaría el momento de bajar el tempo para visitar a la homicida y divertida familia de Mister Jones antes de cruzar a ritmo de reggae el Atlántico a bordo de El barco.

Enriqueciendo las sencillas melodías originales mediante una instrumentación mucho más variada y “musculada” en la que destacarían los nuevos y rotundos solos de guitarra de Rot, el sonido de la banda se mostraría plenamente actual, poderoso y, en conjunto, ideal para dar cabida a temas de diferentes épocas y autores junto al repertorio de Tequila. En este sentido, alternándose con canciones tan emblemáticas como Quiero besarte, El ahorcado o Nena, serían interpretadas otras como la reciente Yo era un animal, que dará título al nuevo disco de Stivel; la mítica Sábado a la noche, que editó Moris en 1978; o la arrebatadora Mucho mejor, que firmó Ariel en 1995 con Los Rodríguez.

De esta manera, realizando “escapadas” que, sin embargo, no harían perder al recital su genuino sabor a Tequila, la banda se adentraría en la recta final de la velada lanzando al tapete del concierto un trío de ases marca de la casa que pondrían boca abajo el Auditorio: Que el tiempo no te cambie, Dime que me quieres y Me vuelvo loco. Ya en el bis con el que sería sobrevolada la medianoche, la formación volvería a mostrar su versatilidad al interpretar, a caballo entre el jazz y el blues, el tema Rock and roll en la plaza del pueblo antes de desatarse nuevamente, y por última vez, con Necesito un trago y Salta.

Así, tras dos horas de soberbio recital en el que las muestras de complicidad con el público fueron constantes, las tres generaciones reunidas en torno a Tequila despedirían a la banda dedicándole una sonora ovación que, prolongándose varios minutos, serviría no solo para agradecerles la gran cantidad de emociones transmitidas, sino también para reconocer a Rot y a Stivel su vasta contribución a una música española que jamás habría sido la misma sin ellos. Y por eso, por haber enseñado a pasárselo bien a un país que llevaba demasiado tiempo pasándolo mal, esta crónica solo podría finalizar entonando un sentido y sincero ¡Viva Tequila!

ACCEDE A LA GALERÍA DE FOTOS DEL CONCIERTO PINCHANDO AQUÍ.

Suscribirse a Alejo Stivel