Alcantarilla

Los Secretos y Mikel Erentxun: madurez, divino tesoro

Crear: 05/22/2023 - 03:54

Desafiando una vez más a la amenaza de lluvia y triunfando sobre ella, este pasado jueves las fiestas de Mayo de Alcantarilla volvieron a encender sus luces de neón para ofrecer una de las veladas más esperadas de su variada programación de 2023, la que traería al recinto ferial de Entrevías a dos auténticas leyendas del pop español: Mikel Erentxun y Los Secretos.

Así, a eso de las 23:15h y ante más de dos mil personas que no tardarían en multiplicarse, Mikel Erentxun, arropado por una banda de ensueño formada por  Karlos Arancegui a la batería, Fernando Neira al bajo, Rubén Caballero a la guitarra y Mikel Azpiroz a los teclados, arrancó con decisión su actuación haciendo sonar los acordes de “Cicatrices” para, a continuación brindar una sucesión de temas tan memorables como  “A tientas”, “Mañana”, “Esta luz nunca se apagará” o “Rozando la eternidad”.

De este modo, haciendo las delicias de las tres generaciones congregadas frente al escenario, el músico donostiarra ofrecería un concierto que, enmarcado aún en la gira de su último disco, el recopilatorio de toda su carrera “Amigos de guardia”, 2021, brindaría al respetable una ocasión casi única de repasar junto a Erentxun una cuidada selección de los que han sido algunos de los grandes éxitos que han jalonado su reconocida trayectoria, primero al frente de Duncan Dhu y desde 1992, ya en solitario, hasta nuestros días.

En consecuencia, disfrutando de un Mikel Erentxun de cabellos plateados que se mostraría radiante -feliz, cómplice y pletórico en todo momento-, el recital avanzaría raudo y sin dar tregua hasta alcanzar su punto culminante merced al póker de ases que lanzó el txuri-urdin sobre el tapete de la noche murciana: “Una calle de París”, “Esos ojos negros”, “Cien gaviotas”, y “Jardín de rosas”; canciones todas ellas que, sonando más lentas -en clave íntima- adquirieron una pátina de madurez y autenticidad con la que brillaron con renovada intensidad.

Finalmente, a las 00:15h y con el público cantando a voz en grito la épica “En algún lugar”, Mikel y los suyos concluirían por todo lo alto el primer asalto de la velada. En rigor, un concierto mayúsculo en su ejecución y desarrollo al que como único pero cabría achacarle su duración -una hora exacta-, ya que, aunque a todos satisfizo, también dejó con ganas de más dada la talla del protagonista y su cancionero.

Más adelante, operados los cambios oportunos sobre las tablas y ante las más de cuatro mil personas con las que ya había terminado el anterior recital, a las 00:40h llegaría el turno de Los Secretos, legendaria banda madrileña que, en activo desde 1978, ha sido capaz de contar durante más de cuatro décadas con el beneplácito y el cariño del público en todos los rincones de España gracias a la profunda humanidad que transmiten sus canciones: siempre cuidadas en lo musical, elaboradas en sus textos y verdaderas en su esencia más pura.

De esta forma, poniendo en liza uno de los repertorios más sobresalientes y vastos de la historia de nuestra música, la soberbia banda capitaneada por Álvaro Urquijo comenzaría con los emocionantes acordes de “Buena chica” un concierto que pronto se convertiría en una auténtica fiesta musical. No en vano, haciendo sonar títulos como “La calle del olvido”, “Colgado”, “Y no amanece”, o “Quiero beber hasta perder el control”, Los Secretos culminarían una primera mitad de recital impecable.

Entonces, invocando al espíritu -siempre presente- de Enrique Urquijo con esa canción inmensa que es casi una oración, “Pero a tu lado”, el concierto se adentraría con la carne de gallina y los brazos al cielo en su fase definitiva de la mano de temas tan conocidos y reconocidos como “Ojos de gata”, “Por el bulevar de los sueños rotos”, “Agárrate a mí María” o “Sobre un vidrio mojado” para, ya en el bis y con el público completamente entregado, rematar la velada con la indiscutible “Déjame”.

Y así, finalizada la cita a las 2:10h y con la imagen en las retinas de un grupo de quinceañeras coreando el “Déjame” de Los Secretos, sería inevitable salir del recinto con la íntima alegría de haber visto a dos músicos gigantes a los que el paso del tiempo, lejos de marchitarlos, les ha hecho atesorar la maestría, la pausa y la sabiduría que solo da la madurez; divino tesoro que, cuando se acepta con naturalidad y sin temor, permite liberarse y conectar con cualquiera de cualquier generación.

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