Sidonie

El peor grupo del mundo fascina en Murcia

Jue, 13/10/2016 - 07:31 -- Miguel Casas

Aunque jamás se nos ocurría calificar a un grupo como “el peor del mundo” por el respeto que merecen siempre aquellos que se suben a un escenario con la ilusión de dar a los demás lo mejor de sí mismos, en esta ocasión, aprovechando el lanzamiento del último disco de Sidonie, que precisamente se titula así, nos hemos permitido encabezar de ese modo la crónica del concierto con el que este martes los catalanes presentaron en la pedanía murciana de La Alberca su más reciente trabajo, editado hace apenas diez días.

De esta manera, con unas ganas irrefrenables de conocer lo último de Sidonie, no dudamos en descolgar nuestros trajes de dandis del extrarradio y acudimos raudos al LA Festival, que por primera vez se realizaba en La Alberca y por cuyo escenario habían desfilado desde las 19:00h una amplia nómina de grupos locales. Sin embargo, el momento más esperado de la velada no llegaría hasta que, a eso de la 1:15h, Sidonie hicieron acto de presencia ante las dos mil personas que a esa hora llenaban el recinto.

Así, con el trío barcelonés encabezado por Marc Ros haciendo sonar los fulgurantes acordes de Costa azul, Sidonie darían el pistoletazo de salida a un concierto que, como si fuera una desbocada carrera de caballos, apenas habría de dar un segundo de descanso a los asistentes. De este modo, sucediéndose temas con los que la banda repasó lo más granado de su carrera y entre los que sonaron Fascinado, Sierra y Canadá o Los olvidados, llegamos al ecuador del recital; momento que Sidonie elegirían para introducir tres cortes de su último disco: la luminosa e irresistible Carreteras infinitas, la trepidante y cinéfila Fundido a negro, y la rabiosa y rockera Os queremos.

Avanzando imparables por la segunda mitad de concierto, junto a los mencionados tres temas de El peor grupo del mundo, Sidonie no dejarían nunca de lado sus trabajos anteriores al extraer de ellos canciones como la romántica En mi garganta, la psicodélica El bosque, o Un día de mierda, que fue interpretada por Marc Ros paseado a hombros por en medio del público. Ya en la recta final, la banda terminaría quemando las naves con El incendio, que desató la locura entre el respetable, y, en los bises, con Nuestro baile del viernes y Estáis ahí, que fueron coreadas de principio a fin y que sirvieron para cerrar por todo lo alto un espectáculo que resultó sobresaliente.

Y es que, limitándonos a relatar con fidelidad técnica lo acontecido, jamás podríamos ser capaces de transmitir lo que se vivió en La Alberca si no adujéramos a la simpatía, el descaro, el carisma, la gracia, la elegancia y la vitalidad que Sidonie mostraron sobre el escenario haciendo gala, una vez más ante nosotros, del amor que sienten por lo que hacen y de ese alto sentido de la escena que, desde siempre, les ha caracterizado.

Por eso, mientras abandonábamos el polideportivo de La Alberca, no pudimos evitar sentir una honda e íntima satisfacción por comprobar que Sidonie, uno de los grupos más importantes que ha dado la historia reciente de nuestra música y cuya aportación ha sido clave para revitalizar y dar forma a ese nuevo pop español llamado indie, sigue en plena forma e incorporando a su ya vasto repertorio nuevas canciones a la altura de sus más celebrados clásicos.

Por último y antes de concluir, para los amantes de las curiosidades y las fechas diremos que este pasado martes por la noche no fue la primera vez que Sidonie actuaban en un Festival llamado LA en la Región de Murcia, ya que el 1 de agosto de 2008 conformaron junto a Circodelia y Vetusta Morla -casi nada al aparato- el cartel de un festival homónimo que se celebró en Los Alcázares y en el que, naturalmente, estuvimos presentes.

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Neuman y Sidonie brillan en un Festival BSide lastrado por la mala organización

Crear: 09/11/2017 - 06:03

Llevaba desde 2007 celebrándose en el Estadio de Fútbol Sánchez Cánovas, y este año, pasando al Polideportivo El Romeral, el Festival BSide de Molina de Segura pareció querer dar un salto de calidad que, en la noche del sábado, se confirmó como un rotundo paso atrás a nivel organizativo.

No así en el aspecto musical, lo cierto es que el cartel, conformado por bandas como Neuman, Monarchy, Alien Tango, y con Sidonie y Los Planetas como cabezas de cartel, había permitido augurar durante meses que Molina volvería a disfrutar de una nueva velada musical indie de altura coincidiendo con su Feria. Y es que debe recordarse que por las cuatro últimas ediciones del BSide habían pasado grupos de la talla de Izal, Fuel Fandango, Vetusta Morla, La habitación roja, Fangoria, Love of lesbian, Lori Meyers o Second.

De este modo, con el deseo de disfrutar del buen ambiente y de la buena música que durante los años anteriores habían caracterizado al certamen, serían miles las personas que se acercarían hasta su nueva sede, que abrió sus puertas a las 19:30h y donde poco después tendría lugar la actuación de Cala Vento, joven banda de rock nacida en Barcelona que arrancó el BSide con un potente directo para poner a bailar al público más madrugador al compás de su segundo disco, “Fruto Panorama”. Disco que, por cierto, les volverá a traer a Murcia el próximo día 6 de octubre.

Más adelante, a las 20:45h y tras la aplaudida actuación de Cala Vento, llegaría la de Neuman y con ella, lamentablemente, los primeros problemas de organización de los que, con el ánimo de agilizar el relato de los conciertos, daremos cumplida cuenta al final de la presente crónica. Así, ciñéndonos a lo estrictamente musical, el recital de Paco Román se iniciaría con Dizzy; tema anticipo del que será su cuarto disco con Neuman, “Crashpad”. Sin embargo, lejos de ofrecer solo canciones de su próximo LP, Paco Neuman abriría su repertorio para brindar al público una cuidada selección de piezas en la que no faltarían clásicos como Tell you, Bye fear hi love o Sil Fono. De esta manera, atrapando al respetable con su pop sugerente e hipnótico, pleno de evocadores desarrollos instrumentales y cuidados coros, Neuman completaría un concierto de altos vuelos que concluiría con el público cantando Turn it.

Entonces, con el reloj marcando las 22:10h, llegarían Los Planetas; grupo de referencia del último cuarto de siglo de nuestra música al que le caben dos honores: el primero, dudoso. Ser inventores de la tercera lengua que se canta en España, que es, tras el español y el inglés, el español que no se entiende; el segundo honor, incuestionable. Ser uno de los principales precursores del nuevo indie que ha culminado la renovación del pop español y lo ha hecho masivo sin contar con el apoyo de televisiones ni radios generalistas.

De este modo, con una notable corte de seguidores entre el público, la formación encabezada por Jota Rodríguez desplegaría un pop de trazo difuminado con el que empezó a pintar melodías de finales del siglo pasado como Segundo premio, Santos que yo te pinté y Parte de lo que me debes. Entonces, superado el ecuador del concierto, la banda incidiría más en su nuevo álbum, “Zona temporalmente autónoma”, interpretando temas como Islamabad o Espíritu olímpico que, no obstante, se alternarían con otros de mayor recorrido como José y yo y De viaje; canción, esta última, con la que concluyó el concierto de forma abrupta y con la parte menos incondicional del respetable quejándose por la falta de ritmo de la que adoleció el recital y por una selección de temas que dejó fuera canciones como Cumpleaños total, Un buen día, Pesadilla en el parque de atracciones o El espíritu de la Navidad.

Fuera como fuere, lo cierto es que a continuación le tocaría el turno a Monarchy, banda londinense de música electrónica que, desde que apareció en el mercado su primer disco, “Around the sun”, se ha convertido en una de las más reputadas y apreciadas para los amantes de este género musical. Así, con una llamativa puesta en escena en la que destacarían el vestuario y el maquillaje futuristas de Ra Black, el dúo británico haría las delicias del público más aficionado al tecno-pop brindándoles un concierto con el que no pararían de bailar y que, además, se extendió casi media hora más de lo previsto. En concreto, hasta la 1:00h. Hora a la que debía comenzar Sidonie.

Por tanto, con más de treinta minutos de retraso, a la 1:35h, se presentaría sobre el escenario del BSide el trío barcelonés encabezado por Marc Ros traído por una gira, la de su último LP, que, de hecho, comenzó hace casi un año en La Alberca. En consecuencia, deshojando las canciones que, como pétalos de pop-rock fresco, luminoso y descarado, han florecido en el “El peor grupo del mundo”, Sidonie pronto se metería en el bolsillo al público a base de simpatía y, cómo no, de temas tan redondos como Os queremos, El peor grupo del mundo, Fundido a negro o Carreteras infinitas. Sin embargo, interpretando canciones de sus anteriores trabajos como Nuestro baile del viernes, Sierra Canadá, El incendio o Estáis aquí, la banda conseguiría ofrecer un repaso completo y variado de la que es una de las carreras más longevas y brillantes del actual pop español.

Finalmente, más allá de la actuación de Alien Tango, que comenzó pasadas las 3:00h y cerró el festival en lo que a actuaciones en vivo de grupos de música se refiere, retomando el tema de los fallos de organización, que dejamos pendientes al principio del presente artículo, expondremos que básicamente estos fueron siete:

1. El nuevo emplazamiento dentro del casco urbano, que generó problemas de aparcamiento entre los asistentes al festival y molestias a los miles de vecinos de los barrios aledaños al Polideportivo. Recordemos que el anterior emplazamiento, a las afueras de Molina, contaba con un amplio e iluminado aparcamiento; aunque, eso sí, de tierra.

2. Los accesos insuficientes, que crearon colas mucho más largas que las de otros festivales con mayores medidas de seguridad y con más volumen de público, como el WAM en Murcia o el San San en Benicasim, por citar dos en los que murciocio.es ha estado presente en este 2017.

3. La escasez de barras y de puestos de comida, que originaron ya dentro del recinto notables problemas de movilidad y de suministro a los espectadores. En este punto cabría añadir que ni siquiera estaban bien señalizados los puntos donde debían comprarse los tickets para retirar las bebidas.

4 La escandalosa falta de aseos en el recinto, que provocó colas de entre treinta y cincuenta minutos para poder usarlos. Aquí, hay que apuntar como hecho especialmente grave, junto a la disminución de habitáculos para mujeres, la supresión de los urinarios prefabricados para hombres que en pasadas ediciones se mostraron cruciales para agilizar las visitas al aseo y, de paso, ganar espacio.

5. La lona de plástico con la que la organización pretendió proteger el césped artificial del campo de fútbol desde los pies del escenario hasta la mesa de sonido. Y es que dio como resultado que, convertida en una molestísima plasta pegajosa por las bebidas derramadas en amplios sectores, acabara siendo rajada por el público y hecha jirones que provocarían más de un tropezón.

6. El escenario, que con respecto al de años anteriores perdería las dos pantallas laterales de televisión que permitían seguir los conciertos; aunque, eso sí, incorporaría una pancarta de publicidad que, colocada en lo alto de la estructura, se desprendería por la fuerza del viento hasta posarse mansamente sobre el teclista de Los Planetas en medio de su concierto.

7. Los retrasos de Sidonie y de Alien Tango de más de media hora. Y es que, a pesar de que los festivales llevan a rajatabla el cumplimiento de los horarios, tampoco con eso pudo cumplir en la noche del sábado la organización del Festival BSide. 

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Kasabian, Iván Ferreiro, Carlos Sadness, Sidonie y Poolshake culminaron una gran jornada inicial del WARM UP

Crear: 05/05/2018 - 19:19

Foto: Kasabian

El WARM UP Festival se abrió en su nueva edición de este año estrenando nombre y con una productiva primera jornada que trajo al recinto indie de La Fica propuestas de altura y alguna que otra sorpresa.

Los cabezas de cartel del día, Kasabian, ofrecieron el concierto más esperado y rayaron sobre la media noche a la altura de un entregado público que abarrotaba el recinto y buscaba garra y diversión. Si de algo hacen gala los británicos es de ese contundente y lleno de energía guitarreo brit que no cesó durante su show.

Así, la banda de Tom Meighan ofreció un directo rompedor en el que supo amoldar las nuevas canciones de su reciente álbum For Crying Out Loud a su clásico sonido que les hizo reinar durante la década pasada y hacerlas ganar en vivo. Combinando el cocktail con clásicos como Underdog o Fire la fórmula solo podía salir triunfadora.

Antes del  mencionado momento cumbre, la jornada había deparado ya muchos grandes momentos. Desde poco después de las 18h en que Modelo de Respuesta Polar y Lebowsky abrieron los escenarios Thunder Bitch y DFranklin la maquinaria ya estaba en marcha y el recinto empezaba a ser cada vez más concurrido.

Nosotros, hicimos la primera incursión para disfrutar con el gran crecimiento de los murcianos Nunatak, que demostraron en el Thunder Bitch que este año se han quitado el cartel de promesas para confirmar que son una de las realidades más solidas del indie nacional.

Foto: Nada Surf

Posteriormente, poco después de las 20h Carlos Sadness inauguraba el escenario Estrella de Levante con unos de los conciertos triunfadores del día que consiguió congregar a una numerosísima masa de espectadores.

A eso de las 21:15h en el escenario Thunder Bicht fue el turno de la primera banda internacional, Nada Surf. Los neoyorkinos dieron una sabia lección de veteranía con un sonido contundente de guitarras, y pese a algunos problemas en el sonido del escenario, que continuaron luego con Sidonie, solventaron la actuación con solvencia y una gran simpatía, sobre todo en las traducciones del bajista Daniel Lorca al cantante y guitarrista Mathew Caws. Al ser una hora, el show se movió bien con la presentación de algunos temas de su último trabajo You know who you are con sus clásicos, sobre todo de su exitoso albm Let Go, del que se cumplió recientemente su 15 aniversario y andan celebrándolo con una serie de conciertos este año.

Al mismo tiempo, en el escenario DFranklin Poolshake también convocaron a una nada despreciable legión a la que nos unimos en la última parte de su concierto para apreciar que ante escenarios más grandes el sonido pop de los murcianos tiene una envidiable proyección al alza.

Foto: Poolshake

Inmediatamente después asistimos a uno de los mejores conciertos que se le recuerdan por estas tierras a Iván Ferreiro en el que fue uno de los momentos que sin duda más quedarán en el recuerdo de esta edición. Sidonie, acto seguido, en un escenario Thunder Bitch que se quedó pequeño ante un recinto a rebosar puso a la gente a bailar al ritmo de, sobre todo, su último álbum El peor grupo de mundo. Se quitaron de sobra la espina de no poder asistir a última hora al festival y pusieron patas arriba La Fica en la recta final con su festivalera Carreteras infinitas.

Una vez que había terminado Kasabian, llegó el turno de El columpio asesino, que como bien dice su hit Toro ”hizo bailar toda la noche” al público a base de su mezcla de electrónica y rock, y a altas horas de la madrugada, aun habría tiempo para que llegara el turno para los amantes de la electrónica pura de la mano de The Bloody Beetroots y !!! (CHK CHK CHK) que cerraron una completa jornada del viernes.

Foto: Sidonie

Pájara Rey, The MeatPies y Sidonie ponen en movimiento el Cuartel de Artillería

Crear: 11/11/2018 - 08:09

Estirando las celebraciones de la bienvenida universitaria hasta bien entrado el mes de noviembre, este viernes llegó al Cuartel de Artillería una nueva edición del Festival Murcia se Mueve; cita musical que reeditaría el éxito de convocatorias anteriores al agotar las más de cinco mil invitaciones puestas a disposición del público murciano para presenciar los conciertos de Pájara Rey, The MeatPies y Sidonie.

Así, con cientos de personas arremolinándose ya a eso de las 20:00h en torno al escenario principal, la banda encargada de poner en movimiento el festival sería Pájara Rey; nueva formación que, desde que editara su primera maqueta en el mes de febrero, ha alcanzado gran relevancia al ser capaz de sonar en Radio 3, alzarse con el segundo premio del CreaMurcia 2018, conquistar el certamen Pulpop y girar por buena parte de la geografía regional.

De este modo, con Virginia a la guitarra, Martaé a los teclados, Rosa al bajo y Belchi a la batería, la joven banda de punk-pop plantearía un concierto rápido, ágil, divertido e irreverente en el que tendrían un especial protagonismo piezas de factura propia que, como Paquita Natillas, La vida son cosas, Dinosaurio o Viva la virgen de Almatosa, pondrían de manifiesto la originalidad que atesora el grupo a la hora de plantear, enfocar y desarrollar temas en sus composiciones. Además, dando cabida a versiones tan inspiradas como la de Juana de Arco, de Marcelo Criminal, Pájara Rey introduciría en su repertorio la variedad necesaria para completar un espectáculo que sería bailado, cantado y largamente aplaudido por el público.

Más adelante, con el reloj marcando las 21:05h y más mil personas a los pies del escenario, los que tomarían la voz en la Plaza de Armas del viejo Cuartel serían The MeatPies; vigentes ganadores del CreaMurcia Pop-Rock que, formando como cuarteto debido a la baja de Pedro Hernández, ejecutarían una primera mitad de concierto portentosa en la que brillarían con luz propia canciones como 25 Express, Ready for you, With the wind o Twist and swing.

Entonces, tras acompasar el ritmo de su recital con esa deliciosa balada de corte clásico que es Just for the night, el grupo afrontaría pisando de nuevo el acelerador a fondo la recta final de un concierto que resultaría técnicamente impecable y que pondría de manifiesto que, quizá, lo único que le falte a The MeatPies para dar el gran salto y conectar definitivamente con el público sea dar el paso que dieron bandas como Deluxe, Second, Love of lesbian o Sidonie.

Precisamente, aguardando a Sidonie, serían cerca de cinco mil las personas que se congregarían a eso de las 22:30h en el Cuartel de Artillería. De este modo, con todas las entradas despachadas desde hacía semanas, los barceloneses se presentarían ante el público llenando un nuevo recinto en la Región tras arrasar, en menos de dos años, en el LA Festival de La Alberca, en el BSide de Molina de Segura y en el WARM Up de Murcia.

Por tanto, regresando a la capital del Segura para poner fin a una gira de dos años que comenzó siendo de presentación de su último LP y ha terminado sirviendo para conmemorar los veinte años de la banda, Sidonie iniciarían su recital recordando sus primeros años de andadura interpretando temas como On the sofa o Bla, bla, bla para llegar a ese fantástico Fascinado, que cambió para siempre la historia de la banda en el año 2005.

Sin embargo, a pesar del prometedor comienzo en el que, además, sonaron Nuestro baile del viernes y Siglo XX, pronto el recital se atascaría por culpa de las constantes interrupciones en las que Marc Ros incurrió para apuntar, presentar, comentar, conversar, reflexionar y reír con el público y, también, por culpa de la omisión en el repertorio de temas fundamentales de la banda en detrimento de canciones tan prescindibles como Sidonie goes to London, tan insulsas como No sé dibujar un perro, y tan empalagosas como Por ti, Está en mi garganta, o Un día de mierda.

Por eso, pese a que el concierto gozaría aún de momentos memorables en los que Sidonie mostraría su potencial, como durante las interpretaciones de El peor grupo del mundo, Fundido a negro, El incendio y Estáis aquí, lo cierto es que esos instantes emocionantes serían -más bien- fogonazos puntuales que no llegarían a dotar al espectáculo de la consistencia y la continuidad que ha de exigírsele a la que es considerada -y con razón- la mejor banda pop de España.

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