Leon Benavente

Todos los raros fueron al B Side

Dom, 14/09/2014 - 20:21 -- Miguel Casas

Noche memorable, la que pudo vivirse ayer en el estadio Sánchez Cánovas de Molina de Segura. La décima edición del Bside Festival llegaba a su día grande con un cartel de lujo encabezado por Love of Lesbian, quizá la banda de mayor repercusión nacional de los últimos años, y con las actuaciones de Dorian y León Benavente como principales reclamos.

El ambiente festivo y festivalero tomó desde las 20:00h los alrededores del campo de fútbol gracias a las más de 5000 personas que, sobre todo desde Murcia y Molina,  fueron llegando en un goteo constante de coches, autobuses y largas caminatas en grupo. Este respaldo del público es, sin duda, el que ha permitido a esta cita musical consolidarse y permanecer vigente en torno a carteles basados en la difusión de los principales y más importantes grupos de la nueva escena española.

En el calor de la noche molinense, los encargados de abrir el fuego musical fueron León Benavente, una banda que, formada por los músicos que acompañaban habitualmente a Nacho Vegas, brindó un concierto animado e interesante en el que pudimos constatar su buen momento y su estado de pleno crecimiento. Mientras el público seguía llegando, y saliendo, y paseando, y cantando, y bailando, y bebiendo, y saltando, y riendo a veces sin prestar demasiada atención a lo que ocurría en el escenario, llegó el turno de Black English, una formación cuyo espectáculo sirvió para muchos de descanso, calentamiento y preparación de cara a lo que habría de venir después.

El gran momento del festival tuvo lugar a partir de las 23:45h, hora en la que dio comienzo el concierto de Love of Lesbian. Los catalanes concentraron la mayor acumulación de público y atención de la noche en torno a la presentación de su gira “El poder de la tijera”. Sobre un escenario en el que destacaban cuatro grandes pantallas LED al fondo, la banda arrancó su espectáculo con Amante Guisante y pronto comenzó a desgranar un repertorio que dio especial protagonismo a sus temas más conocidos. Así, clásicos como Si tú me dices Ben yo digo Aflleck, Belice, Pizzigatos, 199, Incendios de nieve, Me amo sonaron junto a los nuevos Manifiesto delirista y Mal Español.

La velada fue de menos a más y los ánimos fueron en aumento. El anuncio de que el grupo habría de tocar algunos minutos más por “culpa” de un imprevisto en el programa del festival, terminó por entregar al respetable. Los bises fueron para El club de fans de John Boy, Algunas Plantas y Fantástico, canciones que llevaron a la apoteosis al público y lograron poner el punto final a un espectáculo lleno de animación y energía que duró más de una hora y media.

Después de Love fue el turno de Dorian, uno de los grupos con más proyección del panorama nacional. Los barceloneses, aún jóvenes, pero ya con cuatro álbumes publicados, desplegaron sus melodías electrónicas y sus letras evocadoras confiando a su trilogía de canciones La mañana herida, Paraísos artificiales y Tormentas de arena, el buen desarrollo de la velada. Definitivamente estos tres temas junto con Cualquier otra parte fueron los platos más fuertes de esta actuación.

Así, sobre un escenario decorado de manera austera y futurista, el elegante Marc y su banda terminaron convenciendo a las más de 2000 personas que aún seguían concentradas alrededor del escenario sobre las 2:30h. Las alusiones a Gustavo Cerati y a Radio Futura se convirtieron en auténticos argumentos de autoridad que confirmaron el buen gusto y la sólida formación de esta banda. El concierto avanzó con el telón de fondo de su último disco, La velocidad del vacío, a través de temas como Los placeres efímeros, Arde sobre mojado, Soda Estéreo y Los amigos que perdí, que sirvió para  poner la guinda a la hora escasa de buena música que Dorian brindó a todos los asistentes.

Finalmente, sobre las 3:30h se acabaron las actuaciones de los grupos de música sobre el escenario del estadio Sánchez Cánovas de Molina. En definitiva, fue una noche para el recuerdo y para la esperanza gracias a la buena salud de la que goza la música hecha en nuestro país. En definitiva, fue una noche para dar las gracias a los grupos por seguir creyendo en ellos mismos, a los promotores por seguir apostando, y a todos esos “raros” del público porque seguir respaldando masivamente nuestra música. 

Grandes momentos en la primera jornada del SOS: Chvrches, Corizonas, Toundra, Trepat, Belize…

Dom, 08/05/2016 - 11:56 -- Juanma Flores

Foto: Chvrches

La edición de 2016 del Festival SOS 4.8 se presentó con algunas novedades respecto de otros años. Además de las respectivas al ocio en el recinto de La Fica, en la que se llevó la palma la atracción de los coches de choques instalada este año, en la que los sosers se divirtieron de lo lindo, lo más destacado fue el cambio del escenario segundario –Escenario Inside -, colocado más cerca del principal –de nuevo, Estrella de Levante-.

De este modo, los conciertos se programaron de forma que no se solaparan los de estos principales escenarios, cosa que fue un acierto, pero que, sin embargo, dejaba menos espacio en el secundario para la gran cantidad de asistentes que acudieron a él acudieron en algunos conciertos. En el debe también quedó la subida de unos precios en el recinto, que, si en otras ediciones eran astronómicos, en esta ya superaban los límites de lo prohibitivo.

                                                                     Foto: Belize

En los conciertos vespertinos de la jornada dieron muy buena impresión los navarros Belize, que ofrecieron una gran actuación de pop pegadizo en un escenario Inside, que poco a poco iba ganando afluencia. Muy activos, con gran combinación de voces y un sonido adictivo y bailable que permitió a los que allí se encontraban comenzar arriba de ánimo el festival.

                                                                            Foto: Los Coronas

Interesante fue también el concierto que ofrecieron Los Coronas. La banda ofreció su rock americano en el escenario Estrella de Levante, presentaron canciones de su próximo disco, el cual se estrena la semana que viene, Nueva dimensión vital, en castellano y de gran factura, combinadas con éxitos anteriores, algunos en inglés, dando un gran resultado. Mostraron gran actitud y no defraudaron con su sonido gringo característico en el que no se puede dejar de destacar sus grandes punteos y el sonido de la trompeta.

                                                                              Foto: Toundra

Antes de las actuaciones de los cabezas de cartel de la noche también fue destacable el concierto de Toundra en el escenario Inside, unos ritmos instrumentales muy logrados que sorprendieron a un respetable que, poco a poco, iba llenando el recinto de La Fica.

Una vez caída la noche, y antes terminados los comentados conciertos de Manic Street Preachers y Love of Lesbian, en el escenario Jaggermusic empezó mostrarse el sonido sinuoso y atrayente de los granadinos Trepat, que dejaron una grata sensación con su original propuesta y su sonido tan particular.

                                                                             Foto: Trepat

Pero ya en esos momentos, en el escenario Estrella estaban dejando su impronta Chvrches, otro de los platos principales de la noche. Los escoceses pusieron la nota electrónica con su synth-pop con reminiscencias ochenteras, de la mano de la gran voz y actitud de la cantante Lauren Mayberry, y una gran recta final con sus nuevos temas Leave a trace y Clearest blue, y su hit del su primer disco The mother we share, en la que ofrecieron los momentos más bailables de la noche.

Ya para las horas noctambula aún quedarían, León Benavente, estrenando su último trabajo, y el duo americano Matt & Kim, que cerraron lo que fue una magnífica jornada de viernes de un SOS que comenzó de manera espléndida.

Franz Ferdinand, León Benavente y Viva Suecia brindan la Bienvenida perfecta

Crear: 10/29/2017 - 03:04

Ambiente de las grandes ocasiones, el que este viernes pudo vivirse en la Plaza de Toros de Murcia, donde una multitud de más de diez mil personas agotó las entradas y llenó el histórico recinto para disfrutar del festival de Bienvenida Universitaria que, en su edición de este año, correría a cargo de Viva Suecia, León Benavente y Franz Ferdinand.

Así, con una expectación como no se recordaba en esta cita anual, los primeros en saltar al ruedo de La Condomina serían los murcianos Viva Suecia; banda que atraviesa por su momento más dulce tras dos años de vértigo y dos LPs de lujo con los que ha conseguido dar el gran salto y convertirse en una de las formaciones más prometedoras de la nueva escena indie nacional.

Por eso, no sería de extrañar que en su regreso a casa -desde que pasaran por el WAM- fueran más de cuatro mil las personas que, a pesar de ser las 20:30h, acompañaran a la banda liderada por Rafa Val. De esta manera, conscientes de la importancia de la ocasión, Viva Suecia arrancarían con toda determinación su concierto lanzando un póker ganador de canciones como Piedad, El nudo y la esperanza, ¿Nos ponemos con esto? y Los años para poner a bailar y a cantar al respetable desde el primer minuto.

Entonces, con el público entregado al pop-rock rápido y luminoso de corte indie, melodías evocadoras y letras introspectivas de Viva Suecia, la banda presentaría Casi todo, nuevo tema incluido en la reedición de su más reciente álbum, “Nuevos principios fundamentales”, antes de cruzar el ecuador y adentrarse en una segunda mitad de recital en la que brillarían A dónde ir, Bien por ti y Hemos ganado tiempo. Canción, ésta última, con la que el grupo concluiría por todo lo alto su esperado retorno a casa.

A continuación y del mismo modo -como en casa-, confesaría sentirse Abraham Boba ante las más de siete mil personas que a las 22:00h se congregaban en el coso murciano para presenciar el concierto de León Benavente; banda formada en 2012 por cuatro músicos de reputadas trayectorias que, tomando estilos como el rock, el pop, el post-punk o la música electrónica, han logrado elaborar una atractiva, novedosa y estimulante propuesta sonora que ha conquistado los festivales, y las salas, de media España.

De esta manera, desplegando contundentes y frenéticas melodías que servirían para dotar de cuerpo a descarnadas letras inspiradas en la más cruda realidad, León Benavente transmitirían todo su desasosiego existencialista y su inquietud social delante de un público entregado que no pararía de danzar al son de temas tan redondos como Tipo D, La ribera, Ánimo, valiente, Gloria, Maestros antiguos o Ser brigada, con los que la banda ofrecería un certero repaso a sus tres LPs publicados hasta la fecha.

Más adelante, con la luna ascendiendo hasta la medianoche, sería cuando la Plaza de Toros luciría llena hasta la bandera para vivir el concierto de Franz Ferdinand; banda escocesa que se dio a conocer a nivel mundial entre los años 2004 y 2005 gracias a un pop trepidante, vanguardista y desenfadado. Pop con el que, junto a otros, lograron renovar la escena británica de principios de siglo al mismo tiempo que en nuestro país nos entregábamos sin ningún tipo de pudor ni criterio musical a Operación Triunfo.

Así, con más de trece años de carrera y a punto de sacar su quinto LP, la formación encabezada por Alex Kapranos pronto se ganaría al público desarrollando un recital en el que, como si fuera una partida de ajedrez, cada pieza ocuparía el lugar adecuado y se movería con la precisión necesaria para trazar un primer tercio de espectáculo impecable en el que, junto a temas nuevos como Lazy boy o Paper cages se alternarían himnos de la banda como Jacqueline, No you girls y, sobre todo, What do you want to.

De este modo, rindiendo los tendidos y la arena de la plaza monumental a su música a base de entrega desde el escenario, Franz Ferdinand templarían su concierto con la delicada balada Walk away antes de volver a subir el tempo con la rockera Love illumination y la sinuosa Take me out; temas mediante los que el recital avanzaría raudo hacia un final de fiesta en el que, con Always ascending, Ulysses y This fire, se volverían a alcanzar cotas de comunión entre músicos y público difíciles de vivir a tan gran escala.

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