Tremendo Road

Son mucho más

Crear: 02/27/2018 - 01:53

Cada vez que llega el mes de febrero pienso en lo raro que es. En los motivos que abarca para tener veintiocho o veintinueve días (según toque el año) y en cómo nos vamos adaptando misteriosamente a este mes. Es cierto, suelo pasar los meses de febrero con una prestancia diferente al resto del año, me suelo encontrar algo desubicado. La noche del sábado 24 fue así, me sentía con ganas de algo inesperado, algo que hiciera que mi cuerpo de alfiler se removiera motivado por causas externas.

Encaminé mis pasos hacia la Sala Revólver y me encontré en la puerta con el cartel del grupo que esa noche tocaba ahí: Tremendo Road. Dúo cartagenero de power blues, que desde 2016 llevan en los escenarios ofreciendo una suerte de blues, rock y música directa sin paliativos.

La banda está formada por dos personas, pero suenan a mucho más. Nils Martínez defiende su parcela en la guitarra con brillantez y elegancia al tiempo que utiliza la voz para dar a cada tema un cariz diferente, según la velocidad del mismo. Recuerda al fraseo de Rosendo Mercado, pero con más energía. Tiene el toque de Chema Espejo al frente de Los Crudos, pero sin tanto funk y manteniendo el blues. En definitiva, da gusto oírlo cantar.

Mientras, a su lado, Carlos Pérez-Crespo no sólo toca la batería, sino que consigue sacarle el sonido justo para que todo cuadre en el sonido de Tremendo Road. Manejando las baquetas como se ha de hacer, con firmeza, seguridad y ritmo. Mucho ritmo. El compás perfecto en cada canción, haciendo de su labor en la batería todo un acierto armonioso.

El dúo comenzó con Sé lo que hiciste. Siguieron con los temazos Indigente, Get me, Perdona nena... y en esas el público ya estaba entregado, coreando las canciones y bailando al ritmo que ofrecía el grupo. Entre los asistentes una pareja se abrazó (pecho de él con espalda de ella) y bailaron, cadera con cadera, las siguientes Guerra e Isabella. Pera ellos, sí sería una buena noche.

Tras Agobio, los asistentes pedían un bis. Y Tremendo Road, después de pedir permiso a la sala, atacó con Nunca olvidarás y Cucaracha. Acabó el concierto en un aplauso de reverencia y agradecimiento. Mientras el dúo bajó del escenario yo seguía buscando con la mirada al resto de la banda, porque realmente suenan a mucho más de lo que se ve y eso lo logran pocos en la música. Nils y Carlos son mucho más.

Tremendo Road caldea la noche murciana en la Sala Revólver

Crear: 01/14/2019 - 01:04

La noche del sábado, mientras los termómetros descendían fuera y el frío dejaba vacías las calles de la ciudad, el público murciano más irreductible, lejos de quedarse aterido en casa, acudió sin dudarlo a la céntrica Sala Revólver para tributar una más que calurosa bienvenida a Tremendo Road; banda cartagenera de blues y rock and roll nacida en 2016 que hace casi un año ya conquistó el popular local de la calle Victorio.

Así, reforzados por la incorporación de Ángel Piñana al bajo, la formación capitaneada por Nils Martínez y Carlos Pérez-Crespo regresaría a la Sala Revólver para arrancar su concierto como exigía la ocasión. Es decir, poniendo toda la carne en el asador a fin de caldear el ambiente desde la primera canción. De este modo, superando con solvencia los problemas técnicos que pronto les salieron al paso, la banda completaría un inicio de recital rápido y contundente en el que su sonido oscilaría entre ese blues nervioso y fibrado que acuñó en su primer EP bajo el título de “Power Blues”, y ese rock sureño que tiene en la Región como gran referente al maestro Santiago Campillo.

En consecuencia, derrochando actitud sobre el escenario y entablando un diálogo con el público lleno de guiños de complicidad, Tremendo Road haría subir la temperatura de la sala a base de sacar ases de la manga de su primer trabajo, como Isabella, Indigente o Guerra. Más adelante, sin dejar de apelar a la épica del rock de guitarras furiosas y ritmo trepidante, la banda ofrecería una segunda mitad de recital en la que brillarían temas nuevos como Sureña o Comandante junto a otros ya conocidos como Cucarachas o Nunca olvidarás mi nombre; canción, esta última, que se uniría a I got mine, de The Black Keys, para culminar un concierto tremendo de blues y rock and roll.

Finalmente, quizá convencidos de que nunca olvidarían el nombre de Tremendo Road, los asistentes -que llenaron el local- despedirían a la banda con una sonora ovación mientras nosotros -testigos siempre atentos y silenciosos- tomábamos las últimas notas de lo sucedido apuntando que, aunque nadie las desea, las dificultades, tanto en un concierto como en la vida, no sirven sino para engrandecer la labor de aquellos que con su buen hacer son capaces de superarlas.

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