Kessels y La Banda Juárez muestran sus cartas en la Sala Revólver
Notable espectáculo musical, el que pudo presenciarse este viernes en la Sala Revólver con motivo de la octava eliminatoria de su Concurso Nacional Pop-Rock. Y es que el certamen, que este año cumple su tercera edición con veintidós grupos participantes, trajo hasta Murcia a dos de los conjuntos emergentes más en forma del panorama regional actual: La Banda Juárez y Kessels.
Así, con todo listo en la Sala y cumpliendo con el horario previsto, la velada daría comienzo a las 23:30h con La Banda Juárez: joven formación que vio la luz en Alhama a mediados de 2016 y que en menos de un año ha tenido tiempo para editar su primer trabajo de estudio -el mini álbum Caras van y caras vienen- y girar por buena parte de nuestra geografía llevando por bandera su trabajado sonido rock & blues de irresistible sabor añejo.
De este modo, acompañados a la armónica por Ñaco Goñi -uno de los más reputados especialistas de España en este instrumento-, La Banda Juárez arrancaría su concierto con Sueño, rotundo medio tiempo en el que destacarían, junto a la armónica de Goñi, la poderosa presencia de las guitarras eléctricas y la profundidad de la voz desgarrada de Tomás, su cantante. A continuación, adentrándose en los territorios fronterizos en los que han acuñado su sonido mestizo, Juárez harían sonar Déjame, Corre caminos y Talegueros, tres temas no incluidos en su primer EP que, precisamente por ello, sirvieron para poner de manifiesto la frenética vitalidad de esta formación.
Sabedores de que la vida en la frontera no espera, ya en la segunda mitad del recital La Banda Juárez se afanaría en la presentación de su álbum debut interpretando Ven a mí, Caras van y caras vienen y Necesito el viento: tres canciones como fotografías en sepia en las que quedarían impresas, a través de sus letras, toda la fiebre y el vértigo de los años vividos al calor de cientos de noches brumosas empapadas de alcohol y heridas de desengaño. Justo entonces, con buena parte del público bailando al ritmo de su rock and roll, Juárez encararía la recta final de su concierto echando más leña al fuego con Quiero más antes de concluir versionando After dark, de Tito & Tarántula.
Tras La Banda Juárez y acallados los sonoros aplausos con los que fueron despedidos, a eso de las 00:45h llegaría el turno de Kessels, banda radicada en Cartagena que el pasado mes de octubre llamó poderosamente nuestra atención actuando en acústico durante la IV edición del Festival Big Up! y que, solo veinte días más tarde, tocando ya electrificados en la Sala Musik, nos terminaron de conquistar gracias a sus cuidadas composiciones pop-rock en clave indie.
De este modo, tras una larga introducción instrumental en la que resplandecería el sonido cristalino de sus guitarras, Kessels iniciarían su concierto entregándose al ritmo trepidante de la furiosa Talento, una de las joyas que contiene su más reciente disco, How to revive a dead. Entonces, aprovechando la ocasión para adelantar algunos de los temas que bien podrían estar incluidos en su próximo disco, la banda ejecutaría Chardonnay, Apatía permanente o Cuarto y mitad; canciones todas con las que Kessels dejaron claro que pronto sumarán a la alta calidad de los trabajos ya creados uno nuevo que les permitirá completar repertorios de mayor extensión.
Más adelante, alternando temas propios en inglés como How to revive a dead con versiones como la que sonó de The charming man, de The Smiths, Paco Rodríguez, cantante de Kessels, dejaría entrever las notas comunes que su peculiar voz guarda con la del británico Morrissey antes de afrontar el momento decisivo de su recital volviendo al español para interpretar la emocionante Salto de fe, verdadero himno, con el que la velada alcanzó su punto álgido al ser coreada por buena parte del público presente. Ya sin tiempo para más, la banda sorprendería con la revisión indie de Sueño contigo, de Camela, con la que el concierto culminó por todo lo alto.
Y así, felicitándonos por haber acudido una noche más a la Sala Revólver a vivir una nueva jornada de su III Concurso Nacional Pop-Rock, abandonamos el popular local de la calle Victorio de Murcia a la 1:20h satisfechos con el certamen porque, por encima de la competición o los premios que aporta, lo más importante que está consiguiendo es que, año tras año, una amplia y variada nómina de grupos puedan presentarse ante el público para dar a conocer que, aún hoy, en las calles, en los bajos y en los locales de ensayo de nuestras ciudades se sigue componiendo mucha y muy buena música.
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