Lori Meyers

Lori Meyers ilumina el SOS 4.8 en la noche del sábado

Dom, 03/05/2015 - 21:27 -- Miguel Casas

Aún ardía la calle al sol de poniente cuando comenzó a colarse con notable persistencia en las conversaciones de los asistentes al Festival SOS 4.8 el nombre de un grupo que, por fortuna, se ha convertido en habitual en esta cita musical murciana, el nombre de los granadinos Lori Meyers. Posiblemente, la banda de ámbito nacional que con más brillantez ha sabido crecer, a base de perseverancia, carretera y conciertos, hasta llegar a  ser faro e iluminar, en una de las épocas más oscuras para la difusión de la música de verdad en nuestro país, a toda una generación de nuevos grupos que, etiquetados con el ambiguo y muchas veces despectivo nombre de indis, han venido a renovar y revitalizar nuestra gastada y acorralada escena musical española.

Así, no sólo por la expectación creada entre el público, sino principalmente por lo que esta banda -joven, pero tremendamente experimentada- ya significa en la historia moderna de nuestra música, decidimos esperar a que cayera la noche como si estuviéramos en una escuela de calor para vivir, apostados desde el mejor lugar y con la mayor atención posibles, el espectáculo que nos venía a ofrecer Lori Meyers y que estaba programado para las 23:10h en el escenario principal del Festival, el Escenario Estrella de Levante.

Y con puntualidad británica, y ante más de 20.000 espectadores, –cuántos equipos de fútbol ya quisieran tener semejante cantidad de público- los granadinos hicieron acto de presencia para comenzar su recital con la canción que dio título a su primer LP, Hostal Pimodán. Pronto, concretamente a la segunda oportunidad, la locura ya se abriría paso entre la concurrencia cuando empezaron a sonar los acordes de la poderosa Luces de neón, tema que fue ejecutado con toda la energía que precisaba justo antes de dar paso a otro de los hitos más conocidos y felices de la banda, Luciérnagas y mariposas.

Con el concierto aún en fase de despegue llegarían dos canciones del último LP de la banda, la primera, la movida Una señal, que a base de ritmo y sintetizadores logró estabilizar el nivel de intensidad de la velada, y, la segunda, la arrolladora Planilandia, que volvió a desatar los ánimos entre los asistentes. Quizá con la intención de poner un poco de pausa, los de Loja aprovecharon entonces para presentar la evocadora Telescopio Hubble en vivo, una canción inédita que recientemente han compuesto para conmemorar el 25 aniversario del célebre telescopio espacial.

Más adelante, llegando al cuerpo central del espectáculo, Lori Meyers hizo sonar otro de esos temas que han conseguido colar en la memoria colectiva de sus seguidores, la melancólica y melódica Tokio ya no nos quiere. A continuación, Funcionará, Mujer esponja, Explícame y La pequeña muerte completarían y cerrarían esta fase del concierto, que podríamos decir que estuvo marcada por los medios tiempos, los arranques instrumentales, los estribillos pegadizos, el protagonismo de las guitarras y el acierto en los coros.

Ya para encarar la recta final, la banda decidió apretar el acelerador con el objeto de imprimir una nueva velocidad al concierto a base de una sucesión de canciones que terminarían por elevar en saltos y deshacer en coros a todos los presentes. Así, Mi realidad, ¿Ahá, han vuelto?, El tiempo pasará, Alta fidelidad y Emborracharme, con la que concluyó el concierto a eso de las 00:30h, fueron las piezas más destacadas de la última fase de este espectáculo. Un espectáculo que, si bien cumplió con las altas expectativas puestas sobre él, no es menos cierto que también dejó a algunos con ganas de más. Y es que hay que reconocer que, aunque los granadinos han podido crecer gracias a los festivales, quizá el formato "breve" -una hora y quince minutos en esta ocasión- que estos eventos requieren de sus conciertos pueda percibirse por algunos como corto para disfrutar en la medida que se merece de Lori Meyers, una banda cuyo repertorio no sólo tiene mucha calidad, sino también mucha cantidad.

En cualquier caso, ponderando como fundamental el papel que los festivales han venido jugando durante los últimos quince años en pos de la promoción de grupos que por su cuenta lo habrían tenido harto complicado para darse a conocer, no podemos sino concluir esta última crónica de la edición 2015 del SOS 4.8 felicitando tanto a la organización, por el fantástico resultado de afluencia registrado, como a Lori Meyers, por su magnífica entrega en directo. Un directo del que esperamos poder volver a disfrutar, como muy tarde, en la próxima edición del SOS.

Lori Meyers nunca fallan

Crear: 05/09/2017 - 11:55

Tras alcanzar a principios de año con “En la espiral” el número uno en la lista de los discos más vendidos en España, este pasado sábado los granadinos Lori Meyers llegaron a Murcia para brindar el que sería el concierto más esperado y multitudinario de la jornada reina del recién nacido WAM Festival.

Así, a las 21:50h y ante más de siete mil personas, Lori Meyers plantearían un recital en el que, utilizando como hilo conductor las composiciones de su sexto álbum de estudio, ofrecerían, paralelamente, una cuidada selección de canciones que con el paso de los años se han convertido en clásicos de la banda y piezas imprescindibles en sus directos.

De este modo, si la velada daría comienzo con la formación interpretando la pausada y evocadora Vértigo I, ya en la siguiente ocasión traería uno de los temas más celebrados de su disco anterior: la rotunda Planilandia. En consecuencia, alternando la presentación de nuevas canciones como la comprometida Evolución, la delicada Todo lo que dicen de ti, o la rutilante Siempre brilla el sol con temas tan conocidos como Luces de neón o El tiempo pasará, el concierto alcanzaría raudo su ecuador sin conceder un segundo de descanso para que nadie dejara de cantar y bailar.

Más adelante, trayendo dos dulces baladas en las que las cuidadas melodías servirían de base para desarrollar textos que reflexionarían acerca del amor y el desamor –Eternidad y Océanos-, Lori Meyers demostrarían haber alcanzado esa edad ideal que Antonio Vega definió como “madura juventud” para conjugar sabiduría y vitalidad, recuerdos e inquietudes, fracasos y esperanzas en composiciones que rezumarían sensibilidad e intimismo antes de afrontar la que sería la segunda mitad de su recital.

Entonces, después de poner a botar a todos con Emborracharme, los de Loja interpretarían dos sinuosos medios tiempos de aire funk como Organizaciones peligrosas y Zona de confort. Tras esto, ya en plena recta final la banda liderada por Antonio López “Noni” rescataría temas tan emblemáticos como ¿Aha han vuelto?, Mi realidad o Alta fidelidad antes de introducir Pierdo el control, delicioso rock progresivo de corte setentero con el que Lori Meyers concluiría su concierto.

Y de esta forma, dejando a los granadinos saludando a un público que se desharía en aplausos, abandonamos la amplia explanada de este primer WAM Festival dos años después de verlos en el mismo lugar con la sensación de haber presenciado el concierto de una banda que ha sabido hacer del escenario su hábitat natural para ofrecer espectáculos redondos, presentar discos a la altura de las circunstancias y crecer como conjunto hasta llegar a ser el más reconocido de la nueva escena pop española.

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