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Funambulista, Muerdo y Clot le ponen la guinda a las Fiestas de Molina

Lun, 19/09/2016 - 07:08 -- Miguel Casas

Este sábado, afilándonos los dientes a la luz de la luna llena, decidimos acudir como hombres lobo al calor de la Feria de Molina para tratar de calmar nuestra insaciable hambre de música con el concierto en el que estaban anunciadas las actuaciones de tres presas que nos habían sido esquivas hasta la fecha: Funambulista, Muerdo y Clot.

Así, ocultos entre la espesura del público que llenaba la céntrica Plaza de España a eso de las 22:30h, nos dispusimos a aguardar, ávidos por descubrir, el comienzo de una velada cuyo inicio correría a cargo de Clot; joven banda murciana fundada a finales de 2014 que ha encontrado en la fusión y la reinterpretación de géneros clásicos la base para construir una atractiva y novedosa propuesta musical que ya ha conseguido el reconocimiento de salas, certámenes y numeroso público.

De este modo, relamiéndonos por el olor a sangre coagulada que manaba del escenario, observamos cómo los miembros de Clot, contagiados por el entusiasmo de su líder, Galadriel Hernández, se aferraban a sus instrumentos, entre los que se hallaban un piano y un saxofón, para presentar las canciones de su primer LP, Mil ojos. En rigor, un primer LP en el que las sonoridades del rock, el jazz y el swing se entremezclan para ofrecer elaborados temas que suenan incisivos, elegantes y bailables.

En consecuencia, sin parar de bailar, el respetable congregado en la popular plaza del Ayuntamiento de Molina tendría ocasión de dejarse envolver no solo por el despliegue instrumental del que hizo gala Clot, sino también por las interpretaciones cuajadas de guiños, gestos y ademanes de un Galadriel cuya presencia se fue agrandando conforme avanzó este breve concierto que tuvo en El forastero, Doctor Hibbert, Encuentro solar, Muérdago, o Doble cara, algunos de sus temas más destacados.

Más adelante, a las 23:20h, llegaría el turno del molinense Pascual Cantero -más conocido como Muerdo-, artista camaleónico, alma inquieta y buscador incansable de sonidos que, tras la edición en el presente 2016 de su tercer trabajo de estudio, Viento sur, no ha hecho sino afianzar una sólida carrera musical que, si bien se forjó en su Molina natal, ha terminado desarrollándose entre lugares tan distantes y, sin embargo, tan íntimamente conectados como Madrid, La Habana y México.

De esta manera, arrancando su recital con Claridad y Canto pal que está despierto, Muerdo brindaría un espectáculo musical cuidado con mimo en el que se fueron sucediendo temas de su último álbum, como No me quieras mal, Paisaje submarino, Luz natural, La canción de la carretera o Lejos de la ciudad, en los que la nota predominante sería la fusión; una fusión de ritmos y matices propios de estilos entre los que pudimos advertir el rap, el reggae, el ska, el son cubano o el bolero.

Así, alcanzando el concierto de Muerdo altas cotas de emotividad -sobre todo cuando éste recordó lugares y personas de su infancia en Molina de Segura-, la velada transcurriría caliente y avivada por ese viento del sur que parece henchir de alegría las velas de este cantante que escribe letras luminosas en las que la esperanza, el compromiso social y la defensa de la naturaleza son motivos principales.

A continuación, ya superadas las 00:30h, sería Diego Cantero –primo de Pascual y más conocido como Funambulista- el que se encargaría de ponerle el broche a una velada que estaba respondiendo a las expectativas creadas. De este modo, Cantero, compositor que en el año 2009 decidió guardar su traje de “cantautor desdichado” para jugársela en el alambre vestido de Funambulista, ofrecería un inicio de concierto arrollador en el que fueron coreadas Bendita mi suerte, Portería y Volver a empezar.

Poco más tarde, haciendo sonar ese pop-rock melódico y pegadizo en forma de baladas y medios tiempos que hablaban de amor o, más bien, de desamor, Funambulista iría recorriendo la cuerda floja sin redes ni miedos -pero con el inestimable apoyo de una banda verdaderamente magnífica- para dejar caer, junto a clásicos como Mírame, Solo luz o Ya verás, canciones de su último LP, Quédate, como Tiemblo, Y yo o Tuvimos suerte, que hicieron las delicias del público que abarrotaba la plaza.

Y al final, conforme los últimos ecos del concierto de Funambulista se apagaron ahogados en aplausos cerca de las 2:00h, nosotros no pudimos sino reconocer, junto con la calidad del espectáculo ofrecido por las bandas, lo importante que es poder contar con un Ayuntamiento que se implique en la promoción de la música hecha por sus vecinos y, sobre todo, con un público que, como el de Molina, acuda a los conciertos para celebrar, divertirse y cantar con sus músicos.

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