Carlos Vudú ofrece en la Sala REM la última parada de "Gigantes" en Murcia
Tras casi dos años después de que comenzara en el Teatro Circo de Murcia la singladura de su segundo LP, “Gigantes”, en la noche del viernes Carlos Vudú y su inseparable Clan Jukebox regresaron a la ciudad que les vio nacer para culminar en la Sala REM, ante su público más fiel, una exitosa gira que les ha llevado a recorrer buena parte de la geografía española.
Así, con la intención de brindar un concierto que, a modo de fiesta, sirviera para poner el broche de oro a una fructífera etapa en la que ha logrado afianzar su carrera, obtener el reconocimiento de la crítica y captar el interés del público, Vudú prepararía un cuidado espectáculo mediante el cual acabaría consiguiendo que se impusiera la satisfacción por el excelente trabajo realizado a la tristeza que siempre entrañan las despedidas.
Por eso, consciente del significado y la importancia de la cita, ya desde la actuación del valenciano Guille Dinnbier, que abrió la velada a eso de las 23:30h, el público murciano mostraría con su generosa presencia no solo sus ganas de vivir una larga noche de rock and roll, sino también de dar, en pleno invierno, con su calor abrigo a la que es una de nuestras figuras más contrastadas a nivel nacional.
De este modo, superada la medianoche, el Clan Jukebox con Carlos Vudú a la cabeza tomaría el escenario de la Sala REM para arrancar su último concierto en Murcia haciendo sonar Gigantes, delicado medio tiempo que dio título al disco más reciente de la banda, antes de que, a continuación, el rock más furioso se desbordara con Agua turbia y Mira dónde estoy, dos temas de melodías contundentes y letras incisivas con los que las invisibles agujas de Vudú parecieron empezar a clavarse en el nutrido público para ponerlo a bailar.
Como en toda fiesta que se precie, tampoco en ésta habrían de faltar los invitados y, así, Carlos Vudú haría subir al escenario a Alv McMartin y a Julián Balibrea para que interpretaran junto con él Malas intenciones, tema que sonó entre amigos, si cabe, más animado y luminoso de lo que ya era. Entonces, tras jugar con el respetable para que cantara el estribillo de la deliciosa balada Cartas marcadas, Vudú desempolvaría el “Manual para los fieles” que escribieran 1997 Los Piratas a fin de rescatar de entre sus páginas la memorable Mi coco, canción con la que el murciano rindió un más que merecido homenaje a la banda gallega que lideró Iván Ferreiro.
Cruzando el ecuador de la noche, Vudú y su Clan, como jinetes al trote, se adentrarían en los vastos territorios donde se difuminan las fronteras entre el folk y el country para ofrecer piezas como Un invierno sin abrigo y La reina del baile. Más adelante, encarando ya la recta final de un concierto que en todo momento avanzó rápido, rotundo y equilibrado, la banda se dispondría a apurar sus últimos cartuchos jugándoselo todo a doble o nada, primero, con Tratados de soledad y, después, con Rock & Roll de cloacas, frenética canción que contó con la presencia de Antonio Cassinello a la guitarra.
A punto de concluir el concierto, el Clan Jukebox fundiría su Arena y sal con Hey Jude, de The Beatles, para poner el punto y final a su gran noche entre aplausos y el punto y seguido a un fantástico viaje del que esperamos que sigan escribiendo nuevos y brillantes capítulos en los próximos años. Y así, sabiendo que en todos los caminos las dificultades solo sirven para hacer más fuertes a aquellos que tienen la determinación de recorrerlos, nos despedimos convencidos de que en su camino, a tenor del crecimiento mostrado, para este joven gigante y su banda lo mejor aún está por llegar.