Iván Ferreiro hace de Murcia su "Casa"

Crear: 05/06/2018 - 13:16

Señalando las manecillas en el reloj las 22:15h, la gran explanada central del WARM UP vendría a registrar uno de los mayores movimientos de público que se esperaban de cara a su jornada del viernes, cuando más de siete mil personas fueron a reunirse frente al escenario principal del festival para presenciar el concierto de Iván Ferreiro.

Así, tributándole un recibimiento de auténtico lujo, los asistentes demostrarían con su expectación por qué Murcia se ha convertido en uno de los destinos predilectos del músico gallego desde que lo viéramos en la Región por primera vez liderando a Los Piratas en 1998. De este modo, más de diez discos y veinte años después de la primera vez, Iván Ferreiro volvería a constatar al otro lado del país cómo a veces es posible encontrar a mil kilómetros del hogar una segunda casa. Eso sí, en este caso, bastante más calurosa que la primera.

De este modo, tras recibir la primera ovación de la noche, ya sobre las tablas Iván Ferreiro ganaría el centro de la escena para liderar una formación compuesta por seis músicos entre los que destacaría la presencia del multiinstrumentista Pablo Novoa a los teclados, el productor Ricky Falkner al bajo y Amaro Ferreiro a la guitarra. Por tanto, con una banda de auténtico lujo aportando una cantidad ingente de texturas y matices sonoros con los que dar cuerpo, arropar y potenciar las melodías del gallego, pronto quedaría claro que el concierto respondería a las expectativas generadas.

No en vano, todas las dudas que podrían existir sobre la selección de canciones del repertorio también se difuminarían de golpe cuando Ferreiro –volcándose en la interpretación de tres joyas como Casa, Toda la verdad y Pájaro azul- le pintó los labios a la noche murciana y arrancó su recital poniendo a bailar a la multitud al son de ese pop elegante y culto, sofisticado y adulto que ha venido elaborado ya en solitario desde que en 2005 viera la luz su primer LP, “Canciones para el tiempo y la distancia”.

Entonces, recorriendo de un lado a otro sin parar el escenario como si fuera su “Casa”, el cantante brindaría con la intensidad precisa temas de su celebrado último álbum como La otra mitad, Dies irae y El pensamiento circular, en los que se combinarían a la perfección el grito rabioso y la caricia íntima. Además, alternando éstas con otras canciones de su trayectoria reciente como Extrema pobreza y El viaje de Chihiro, el recital avanzaría con paso firme hacia su ecuador; momento en el que Iván Ferreiro viajaría a través del tiempo a los Años 80 para reverdecer los laureles que se ganó como pirata.

A continuación, ya en la recta final del concierto, Iván Ferreiro agitaría a la multitud haciendo temblar las estructuras más sólidas de la ciudad con El Equilibrio es imposible antes de poner rumbo a “Val Miñor”; comarca donde el músico ofrecería dos paradas –El dormilón y Cómo conocí a vuestra madre- tras las cuales le pondría el broche de oro a la noche tal y como la había comenzado. Es decir, desde su casa, aunque ahora viendo la playa vacía de Turnedo.