Fernando Rubio y Alv McMartin le pintan una sonrisa a La noche del Malecón

Crear: 07/08/2019 - 00:02

Aún con cierto aire a decepción flotando en el ambiente después de que, pocas horas antes, se conociera la cancelación del concierto estrella de la velada –el de Quique González-, el coqueto recinto de Las noches del Malecón abrió sus puertas este sábado con la intención de sobreponerse al revés ofreciendo las dos actuaciones que estaban programadas junto a la del madrileño –las de Alv McMartin y Fernando Rubio & The Inner Demons-.

Así, ante un público que no renunciaría a acercarse hasta el popular Jardín murciano, sería Alv McMartin el que, a las 21:30h, levantaría el telón de la noche en el Malecón haciendo sonar Masquerader; canción insignia que dio título a su exquisito álbum debut en 2016. De esta manera, solo al piano, pero multiplicándose sobre la escena como si fuera  un auténtico hombre-orquesta, McMartin iría deshojando temas como The gambler song, Mr Money, Saturday night o Streets o Krakow de ese lujoso repertorio de rock, soul y rithm & blues que esgrime con pasión y que, lejos de marchitarse, continúa floreciendo en cada directo.

A continuación, a las 22:15h el testigo de la velada lo recogería el célebre Fernando Rubio; músico de prestigio y trayectoria intachables que, acompañado por sus inseparables The Inner Demons ofrecería un delicioso recital en el que serían protagonistas canciones que, como Thank you for being there, Carry on blues o la propia Inner demons, han dado forma a “Cheap chinese guitar”; el más reciente disco del guitarrista cartagenero. De este modo, alternando blues, country y rock sureño sobre las tablas, Rubio y su fantástica banda completarían un concierto que, como un regalo, se desenvolvería ante el público hasta las 23:45h.

Y así, logrado el objetivo nada fácil de romper el silencio y pintarle una sonrisa a la tristeza que se había asomado al Malecón a primera hora de la tarde, el público –repleto de caras conocidas como las de Ricardo Ruipérez, Carlos Vudú, Lucas Albadalejo o Raúl Escribano- abandonaría el jardín agradecido, aunque sin olvidarse de un Quique González al que le tocará ajustar cuentas con una ciudad que le quiere bien. No en vano, aquí grabó su primer videoclip, Cuando éramos reyes. Y aquí, desde el café Gospel hasta la Plaza de Toros, desde la Sala Gamma hasta el Estadio de La Condomina, siempre ha tenido -y tendrá- las puertas abiertas.