Infante Juan Manuel

Despistaos y Atrezo incendian las fiestas del Infante Juan Manuel

Crear: 05/29/2017 - 11:59

Este viernes, sobre la pista central del Jardín de la Fuensanta tuvo lugar la cita musical más esperada de las fiestas del murciano barrio del Infante Juan Manuel: el concierto que reuniría en un mismo cartel a Despistaos y Atrezo; dos bandas que durante el pasado mes de noviembre ya compartieron escenario en la Sala REM con motivo de la llegada a la ciudad de los alcarreños tras tres años de paréntesis en su trayectoria.

Así pues, volviendo a ver cómo sus caminos se cruzaban a orillas del Segura, estas dos bandas congregarían a un numeroso público ante el cual Atrezo ejercerían de perfectos anfitriones abriendo la velada a eso de las 22:30h. De este modo, con José Fructuoso y David Pina a la cabeza, los murcianos se entregarían a ese pop-rock de melodías rápidas y letras directas para firmar un inicio de concierto que resultaría verdaderamente fulgurante.

De este modo, mostrando cambios importantes en la formación, pero manteniendo ese sonido potente y compacto del que dimos buena cuenta durante la presentación de su EP debut  “Mírame”, Atrezo pronto se adentrarían en la segunda mitad de su recital alternando canciones que han venido presentando desde entonces, como Un minuto lento, Lo tengo decidido o Mil historias, con otras de nuevo cuño que han marcado algunos de los logros más recientes de la banda. En rigor, temas como El mundo es nuestro, con el que ganaron hace pocas fechas el I La Bruja Pop; o Ahora es el momento, adelanto del que será su primer LP, que verá la luz en 2018.

En consecuencia, combinando cuidadas baladas pop como la celebrada Mírame con canciones mucho más rockeras como Febrero, Atrezo acabarían brindando un concierto variado, movido y equilibrado con el que, además de hacer las delicias de los presentes poniéndolos a cantar y a bailar, también demostraron estar dispuestos a confirmar que, tras un año y medio de continuo ascenso, ahora ha llegado su momento.

A continuación, acercándonos a las 23:30h y ante un público que ya era multitud, los encargados de recoger el testigo de Atrezo para servir el plato fuerte de la velada serían Despistaos; banda de rock originaria de Guadalajara que, tras editar su primer disco en 2003 y alcanzar los puestos más altos de las listas de éxitos en torno al año 2008, decidieron tomarse un tiempo de descanso en 2013 para regresar en 2016 con nuevas incorporaciones entre las que destacaría Pablo Alonso, conocido bajista de Pignoise.

De esta manera, reunidos y decididos a poner las cosas en su sitio tras el paréntesis de tres años vivido, Despistaos arrancarían su concierto lanzando una rápida sucesión de certeros golpes de marcado corte punk, como Casi siempre casi nada, Resucito y, sobre todo, Te quedas a mi lado, con los que completarían un primer tramo de actuación absolutamente frenética y que culminaría con la presentación de Ninguna estrella fugaz; soberbia balada rock de ritmo trepidante con la que Despistaos constatarían que su regreso habrá de ofrecer nuevos capítulos discográficos próximamente.

Entonces, conscientes de la necesidad de bajar el tempo del espectáculo para atemperar los ánimos y permitir la entrada de otro tipo de composiciones, superado el ecuador de su actuación la banda liderada por Daniel Marco comenzaría a transitar por los territorios del pop de la mano de cuidados medios tiempos como Kansas city, o Cuando lloras. Sin embargo, poco más adelante, Despistaos volverían a acelerar, aunque esta vez suavemente, para llegar a la recta final del concierto plenos de energía gracias a temas como Los días contados y Estoy aquí; esta última, luminosa balada de aire country que resonaría entre los presentes como una auténtica declaración de intenciones de la formación.

Finalmente, trayendo joyas como Ruido y Gracias antes de interpretar en el bis las famosísimas Física o química y Cada dos minutos, Despistaos terminarían brindando un espectáculo impecable con el que, además de poner de manifiesto que han vuelto en serio, completarían una acertada revisión de su trayectoria para poner en valor los méritos de una banda que tiene mucho más bagaje y muchas más cosas que ofrecer que aquellos éxitos puntuales por los que fue conocida por el gran público.

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Jaime Urrutia y Oh Brother! coronan una noche llena de emociones en el Infante Juan Manuel

Crear: 05/28/2018 - 01:41

Este sábado y al calor de la fiesta popular, cerca de dos mil personas se dieron cita en el murciano Jardín Nuestra Señora de la Fuensanta para vivir la noche grande de las Fiestas del Infante Juan Manuel atraídos por la calidad de un programa musical que anunciaba en lo alto del cartel los nombres de Jaime Urrutia y Oh Brother!

De este modo, en un recinto coqueto, bien dotado y que luciría lleno para la ocasión, los encargados de abrir la velada a eso de las 23:00h serían Oh Brother!; banda formada por tres de los mejores músicos de la Región y especializada en la reinterpretación en clave folk de grandes clásicos del pop y el rock anglosajón de la década de los 70.

Así, demostrando que también en el campo de las versiones es posible encontrar un amplio margen para la creatividad cuando los que las realizan son artistas del talento de Pito Hervás, Miguel Bañón y Carlos Vudú, Oh Brother! desplegarían un repertorio de canciones tan celebradas como You can´t always get what you want, de The Rolling Stones; Walk on the wild side, de Lou Reed; Stuck in the middle with you, de Stealers Wheel; o Venus, de Shocking Blue, con las que conseguirían hacer las delicias del público, contagiar su pasión por el folk y poner el ambiente a la temperatura ideal para la llegada de Jaime Urrutia.

Más adelante, superadas las 00:00h y tras el lanzamiento de unos fuegos artificiales que servirían para poner de manifiesto el carácter festivo de la jornada y amenizar la espera entre las actuaciones, el telón se levantaría al cielo de la noche murciana para que el respetable le dedicara su primera ovación al maestro Jaime Urrutia mientras, de fondo, sonaban los imponentes acordes del pasodoble Gallito.

Entonces, con todas las miradas centradas en él, Urrutia, arropado por Los Corsarios, arrancaría su recital templando los ánimos con Delirios de grandeza para, acto seguido, desatar las pasiones entre el público brindando un primer tercio de espectáculo en el que sonarían Tócala, Uli, Cuatro rosas o ¿Dónde estás?; canciones que brillarían con luz propia, a pesar de los problemas técnicos que padecieron los músicos durante esta fase inicial del concierto.

De esta forma, superando las dificultades gracias a la experiencia del cantante y a la entrega de unos Corsarios entre los que destacaría la presencia de Juan Luis Ambite al bajo y Esteban Hirschfeld a los teclados, el espectáculo no tardaría en enmendarse y avanzar con energías renovadas hacia su segundo tercio; etapa en la que serían protagonistas piezas memorables de la carrera de Jaime Urrutia, como El calor del amor en un bar, Vestida para mí, La sangre de tu tristeza o Más dura será la caída.

A continuación, afrontando el último tercio de la velada, Urrutia seguiría interpretando sin descanso éxitos conocidos por todos que darían buena cuenta de su magnífica trayectoria tanto con Gabinete Caligari como en solitario. Así, tras entonar la arrebatadora ¡Qué barbaridad! o la deliciosa Suit nupcial, el cantante se encargaría de recuperar ese monumento musical y literario que levantó a la ribera del Duero en 1987 titulado Camino Soria.

En consecuencia, con todos los asistentes cantando a voz en grito, el recital se adentraría de la manera más feliz posible en una recta final en la que también serían coreados temas como Pecados más dulces que un zapato de raso, Golpes, Nadie me va a añorar y, cómo no, La culpa fue del cha-cha-cha. Canción, esta última, con la que Jaime Urrutia y Los Corsarios pusieron el colofón, tras más de una hora y media de actuación, a una velada inolvidable.

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