Ken Stringfellow

Ken Stringfellow acaricia el cielo de La Boca del Lobo al ritmo de "Circuit Breaker"

Crear: 07/14/2025 - 03:18

Después de dejar atrás la gira norteamericana de presentación de su cuarto disco en solitario -el inspirado y emocionante Circuit Breaker-, el célebre músico californiano Ken Stringfellow recaló en Murcia este viernes 11 de julio dispuesto a meterse en la boca del lobo; y no solo de forma figurada por desafiar temerariamente a las altas temperaturas propias del verano murciano, sino, literalmente, por citarse con su público en ese mítico local de la calle Luisa Aledo.

Así, abierta con fiereza para no dejar escapar a su presa y tras saborear la meritoria actuación de Frank Sala, que abriría la velada, la murciana Boca del Lobo rugiría más fuerte aún a eso de las 22:35 para darle la bienvenida a un ilustre músico de talla mundial que, pese a ser desconocido por el gran público, atesora un currículum de auténtico lujo entre cuyas páginas, con letras de oro, aparecen nombres como los de The Posies, R.E.M, Big Star, Wilco, Neil Young, Ringo Starr, Patty Smith o Neuman para dar cuenta de una carrera tan brillante como su nuevo trabajo.

De este modo, alejándose de los grandes escenarios y prescindiendo de los abigarrados montajes que habitualmente dispersan y distraen la atención de lo verdaderamente importante, Stringfellow haría gala de su bien ganada fama de independiente al plantear un recital íntimo y minimalista donde, eliminando todo lo superfluo, lograría que cada elemento elegido -guitarra, piano y voz- se cargara al máximo de la fuerza, el significado y el valor idóneos para crear una atmósfera llena de magia en la que, paradójicamente, todo sería más cierto, auténtico y cercano que nunca.

En consecuencia, con el músico estadounidense bajando a la arena para encontrarse con el público cara a cara e incluso cuerpo a cuerpo, el concierto arrancaría pleno de garra gracias a la furiosa interpretación de la rockera “Ride high”, que pondría en movimiento un espectáculo de altos vuelos cuya primera mitad estaría dedicada casi íntegramente al magnífico último álbum de Stringfellow. De esta forma, alternando la calma y la delicadeza de cuidadas baladas como “The power out song”, “Tears tumblin” o “Trust” con la rabia y la fuerza de piezas más rápidas como la homónima “Circuit breaker” o la luminosa “Our Paradise”, el californiano completaría una primera parte de recital en la que se entregaría con toda intensidad tanto a la guitarra como al piano y, sobre todo, en unas ricas ejecuciones vocales que oscilarían entre el susurro y el desgarro.

Más adelante, retomando su guitarra eléctrica para volver a adentrarse entre el público hasta dejarse rodear completamente, el músico angelino de rostro sereno y mirada limpia invocaría al espíritu de su legendaria banda para repasar éxitos de la trayectoria de The Posies que han quedado grabados en la memoria del power pop y del rock independiente norteamericano, tales como “Everybody is a fucking liar”, “Please, return it”, “Solar sister” o “The dark side of light”; canciones, todas ellas, en las que Stringfellow se aplicaría nuevamente con la pasión de un principiante y, a la vez, con la maestría de un veterano para dejar claro que es, precisamente, lejos de las pantallas y de los grandes focos, casi en la oscuridad de una pequeña sala, donde brillan con mayor nitidez aquellas figuras de verdad que, como él mismo, son genuinamente estrellas.

Finalmente, culminando la velada a las 00:15, el reconocido guitarrista, compositor, cantante y productor estadounidense lograría brindar al selecto público reunido al calor -ciertamente excesivo de La Boca del Lobo- un espectáculo -más que íntimo, absolutamente inmersivo- en el que todos y cada uno de los presentes serían integrados como miembros esenciales del mismo: en rigor, más que un concierto, un sublime monumento levantado por Stringfellow a la música, pero no como insulso producto de consumo, sino como excelsa expresión del arte vivo y en estado puro.

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