Molina terminó agradecida a Rosendo

Sáb, 19/09/2015 - 15:17 -- Juanma Flores

En la noche del pasado viernes las fiestas patronales de Molina de Segura se preparaban para vivir una de sus grandes citas. La localidad molinense, siempre dada con motivo de dichas festividades de septiembre a traer grandes nombres de la música, tenía reservada en esta ocasión la Plaza del Ayuntamiento para el gran Rosendo Mercado.

Por eso, el público respondió masivamente llenando una plaza que ya lucía a reventar en toda su extensión desde minutos antes de dar comienzo el concierto. Esperaban una noche de autentico rock y buen ambiente, y el genio de Carabanchel no pensaba defraudar.

De hecho, el oficio y la maestría con la guitarra eléctrica del madrileño no es ningún descubrimiento, dada su intachable y extensa trayectoria. Pero, siempre te reconcilia con la música verlo ejecutar su apabullante autoridad con el instrumento de las 6 cuerdas con esa pasión a lo largo de un potente show de más de hora y media que terminó haciendo vibrar por todo lo alto al numeroso respetable allí congregado.

Así, empezaron con Mala vida y Atajo de cobayas, en su clásico formato trío con guitarra, bajo y batería en que el atronador sonido, dominio y presencia de Rosendo llenó totalmente el escenario sin necesidad de más artificios y sin separarse de su única guitarra en todo el recital.

La primera parte del concierto la reservaron para canciones de sus recientes trabajos como Quincalla o no, Date por disimulao o Tempestad , combinadas con clásicos como Corazón o El tren, de la época de Leño, hasta que se produjo la anécdota de la noche con un corte de luz en el escenario mientras tocaban Hasta de perfil, que dejó a la gente coreándola mientras los músicos intentaban continuar hasta que no fue posible restablecer la luz sobre la marcha.

El receso duró unos escasos 5 minutos y, tras solventarse rápidamente el contratiempo, de inmediato volvieron repitiendo la canción que había quedado a la mitad y encarando una recta final apoteósica en la que fueron cayendo para delirio del respetable uno tras otro todos los hits de Rosendo: Vergüenza torera, Masculino singular, Flojos de pantalón –con uno de los mejores solos que se pueden ver-, Pan de higo y, como no, Agradecido. Finalmente, tras los bises Y dale, la mítica Maneras de vivir y Navegando concluyeron, con el público entregado, lo que fue una magnifica noche de rock que dio buena prueba del lema tan repetido por el 15M después de la crisis que decía: “Rosendo, el único mercado fiable”.   

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