Delicias de rock y blues

Crear: 11/19/2019 - 01:02

Eran varios los elementos y varios los motivos para pensar en que sería una gran noche. Los primeros hacían presagiar todo un disfrute de rock y blues. Los segundos justificaban el salir de casa a aquellas horas y con un incipiente invierno acercándose a la ciudad.

Era jueves y la sala Garage Beat Club programaba un concierto de esos que se califican de irrepetible: Nito Rock Band, Austin Slack y Javier Vargas como colofón. Casi nada.

Nito Rock Band abrieron la velada con un repertorio basado casi en su totalidad en su disco "Haciendo Rock And Roll". Redondearon unos minutos de buena música. Tal y como se esperaba de unos músicos con buen talante y gran talento. Banda local capitaneada por Nito a la voz y la guitarra, cuyo preciso estilo como quinteto les permite codearse con lo más granado del rock norteamericano.

Tras esa primera descarga, un segundo acto. En este caso tan certero como directo: Austin Slack. El crecimiento personal y musical de Austin hace que cada concierto suyo sea una clase de maestría e inteligencia. Sabiendo llevar un repertorio compuesto en su mayoría por temas propios, en esta ocasión todos en inglés, también revisitó a Bob Marley -Shot the sheriff- y a Jimi Hendrix -Foxy Lady- para culminar su intervención.

Y ya, con el Garaje ensimismado entre notas y acordes, apareció en escena Javier Vargas. Formación de quinteto (percusión, teclados, bajo, batería y guitarra) para demostrar que sigue tan en forma como al principio de su carrera. Guarachar, Sácalo y Back to city sonaron para calentar motores. En cada nota, en cada acorde, en cada manera de trasmitir se sentía la profesionalidad de una banda que está en continua gira mundial.

El público, envuelto en una nube de ritmos incandescentes y vertiginosas composiciones, encajó a las mil maravillas la aparición en escena de John Byron Jagger (sobrino del sempiterno Mick Jagger). Sus bailes stonianos y su peculiar voz, traían a la memoria a su tío. Sí, se parecen cada vez más. Simpathy for the devil como inicio de un bloque integrado por canciones de The Rolling Stones.

Para finalizar la fiesta, Blues local. Con la sala coreando y el escenario entero pisado por músicos míticos que tuvieron a bien regalarnos sinceridad, magia y calidad.

Una vez acabado el espectáculo, fotos con los protagonistas, comentarios positivos en todos los ecos y un regusto dulce a delicias de rock y blues.