La tarde del sábado se presentaba ilusionante para un Real Murcia que buscaba mantener una racha de tres victorias consecutivas en sus anteriores partidos. Sin embargo, el cuadro pimentonero no consiguió pasar del empate a cero ante un Linares que se mostró ordenado, pero ofreció tan poca profundidad como los granas.
La primera mitad comenzó con una oportunidad de Carlos Alvarez que hacía presagiar una tarde con buen juego y ocasiones, tal y como mostró el cuadro de Aira en su anterior partido ante el público de la Nueva Condomina, pero los siguientes minutos transcurrieron con timidez por parte de ambos bandos, con largas posesiones sin profundidad y un centro del campo trabado, en que solo pequeñas acometidas en el ecuador del periodo crearon un leve peligro en las áreas. Se llegó al final del primer tiempo volviendo de nuevo a ese esquema reservón.
En el segundo periodo, el partido siguió atascado en la misma tónica hasta la jugada clave en la que Jaume Sobregrau en una entrada dura al borde del área vio su segunda tarjeta amarilla y dejó al cuadro pimentonero con 10 efectivos el resto del partido.
Aun así, el equipo grana lo intentó con pundonor, pero el Linares, dada su superioridad numerica tuvo más posesión. Bien es cierto que esta posesión no se tradujo en peligro en el área local. Los dos equipos en la fase final parecían firmar el empate, que a punto estuvo de romperse por parte de los murcianos en el último minuto cuando dispusieron de la ocasión más clara del encuentro a cargo de Chavero, que con acierto, bien podría haber valido el partido.
Tras este encuentro y el punto obtenido, espera el Cadiz en el Carranza, en una buena piedra de toque que servirá para ver el comportamiento del cuadro grana de cara al futuro de la temporada.