De entre tanto supuesto músico y poetucho de tres al cuarto, siempre aparece alguien que realmente sí merece ambos títulos. Javier Miñano es un claro ejemplo de ello. El intrépido cantante que tiene que hacer las maletas para conseguir el respaldo, ese frenético creador que gira tanto por América como por el viejo continente; un artista dispuesto a esperarte tras su concierto para darte las gracias en persona por acudir. Lo abordo entre una ciudad y otra para saber más de su universo.
Javier Miñano, nacido en Murcia, criado en Elche y viviendo en México. ¿De dónde eres?
Un no es de donde nace, sino de donde pace. A Murcia la quiero, fue mi niñez. Le tengo mucho cariño. En Elche pasé los años dorados de mi juventud y en Madrid viví mi adolescencia.
De acuerdo, una vez centrados (risas), te pregunto por tu andadura mexicana. ¿Te fuiste a buscar tu sitio allí o porque aquí no te dejaban desarrollarte?
A México llegué de vacaciones y me quedé. Me quedé para curar heridas y hacer canciones.
Con cada nuevo trabajo regresas aquí y todo el mundo pregunta quién eres y si es tu debut. ¿Cansado de tanta mala información?
No me canso porque no es mala información. Lo que pasa es que vivo a 12.000 kilómetros. En España soy un auténtico desconocido pero me gusta volver a mi país a picar piedra y a revindicar.
Estos últimos años la industria ha cambiado, tanto que publicas de single en single. Ahora presentas "Vicios".
La industria ha cambiado a mejor para los artistas independientes. Tenemos más visibilidad, manejamos nuestros tiempos. Ahora presento mi nuevo single "Vicios", toco con Los Daniels, una banda de México. Estoy contento sacando singles porque la gente quiere canciones y al público hay que darle lo que quiere. El formato single nos permite estar más cerca de los seguidores, que son los que mandan.
Y ha cambiado tanto que no se reconoce el trabajo de los que, como tú, sois algo más que músicos. Escribes, tocas la guitarra, cantas. ¿Se ha perdido el respeto al músico y a la música?
No se ha perdido el respeto, porque la gente no es tonta. Y si todo está cambiando es por la demanda del público. Todos los estilos son respetables porque quien decide es el público. Debemos mirarnos y si no funcionamos, saber qué hacemos mal para cambiar.
Volviendo a tu sonido y a tu estilo, saltas del formato acústico al formato banda sin problemas. ¿Con cuál te sientes más cómodo?
En ambos formatos me siento muy cómodo. Con el acústico estoy cara a cara con el público. Me mola el teatro a oscuras con una sola guitarra y mi voz. Ahí pongo a prueba mis emociones. Y con banda hay más rollo y más baile.
Ahora que estamos en confianza, Javier, tengo una duda interna todo el rato. Ya me has dicho de dónde eres, lo que piensas de la industria y con qué formato tocas mejor, pero no sé cómo te defines. ¿Poeta, cantante, músico, artista?
Nunca me he definido. Lo de poeta me viene muy grande, no merezco ese título. Siempre digo que me dedico a hacer canciones. Y las canto como puedo. Soy un tipo que hace canciones. Sin más.
Y para ir acabando, ¿para cuándo esa gira larga por aquí? Porque tienes un montón de gente que te sigue.
Espero que pronto. Tengo muchas ganas de estar ahí. Voy de promoción en noviembre. Pero en 2019 ya tengo programados conciertos. Mi tierra me tira y quiero visitaros con más frecuencia. Espero poder hacer gira por todo el país.